Candil de la Calle

Todos somos xichulenses

Compartir
(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

Nos han dado la lección.

Nos han dado el ejemplo.

“No confundan la distancia y el aislamiento geográfico con ignorancia, no ofendan nuestra dignidad como personas y como pueblo”.

Ciudadanas y ciudadanos de Xichú se ocuparon no sólo de sentirse indignados por el video cómico-mágico-musical que el ex presidente municipal de San Diego de la Unión, el panista Diego Leyva Merino, se mandó hacer con él como protagonista, como parte de su propaganda de campaña.

Le mandaron una carta y le reclamaron, puntual y formalmente, la burla, la falacia, el tiradero de dinero, la payasada pseudo artística.

Leyva Merino quiere ser candidato a diputado federal por el distrito 1, que abarca los municipios de Atarjea, Ocampo, Santa Catarina, San Diego de la Unión, San Felipe, Victoria, San Luis de la Paz y Xichú.

Para eso pidió licencia como alcalde de San Diego.

Leyva tiene 35 años. Es técnico programador y operador de sistemas, egresado de un tecnológico en San Luis Potosí.

Fue secretario de acción juvenil del Partido Acción Nacional, donde ha realizado la mayor parte de su corta carrera política, en activismo como coordinador de campañas, presidente del comité municipal del partido, regidor en el Ayuntamiento, hasta ganar la alcaldía en el 2012.

Tristemente, todo eso ya no importa. Ya quedó atrás, en el olvido.

Ahora Diego Leyva no es el candidato trabajador, empeñoso, que puede llevar una propuesta de atención a los habitantes de estos municipios, los más marginados del territorio guanajuatense.

Digo, quién sabe si Diego Leyva sea o tenga las cualidades que describo.

Es y será recordado como el candidato del video tribal.

Por su sombrero y sus botas picudas.

Quién sabe si alguien recuerde que es del PAN.

Pegajosa para muchos, la melodía del video no tiene más contenido que el de un eslogan de campaña, algún estribillo utilizado en el viejo perifoneo o en un jingle radiofónico.

Ése, apóyeme, soy su candidato de Acción Nacional. Guácheme que voy pa’ diputado federal”, dice al inicio del video.

Todo lo que sigue ya lo olvidé.

Pero los xichulenses no.

Puntuales, ejemplares, ellos han puesto los puntos sobre las íes en lo que todas y todos deberíamos estar echando en cara a esta clase política que se desempeña en estas campañas cual circo de tres pistas: su frivolidad, el despilfarro del dinero de las prerrogativas y de donde lo hayan sacado, dinero destinado al fin y al cabo a convencer al electorado de que son la mejor de las mejores opciones para gobernarnos, para ser alcaldes, diputados, regidoras; su desconocimiento de las entrañas de las regiones que pretenden representar y cuyos patrimonios y acervos estarían obligados a defender; la burla con la que se nos ofertan como muñequitos de aparador, simpáticos y sencillotes ellos, en lugar de sostener en la mano las declaraciones de bienes y recursos, sus exámenes antidoping y sus perfiles psicológicos, verdaderos elementos de reconocimiento terrenal para nosotras y nosotros, simples votantes.

“Lo que nuestra región y nuestro país requiere de los políticos no es espectáculo, baile y folclor. Ya es hora de que el oficio de gobernar y legislar se ejerza con inteligencia, no con los pies”.

Los xichulenses han reclamado a Diego Leyva todo aquello que es reclamable, todo aquello que queremos reclamar a todos los candidatos: que se muestren de manera anticipada cómo serán en sus cargos, si ganan; mentirosos, escandalosos, despilfarradores, intrascendentes.

Circenses.