Guanajuato, Gto. 09 de mayo de 2015.- Con el fin de coadyuvar en la solución de los problemas que enfrenta el campo, investigadores de la Universidad de Guanajuato Campus Irapuato-Salamanca analizan técnicas de producción sustentables y que permiten reducir los costos de producción, informa en un boletín la UG.

En entrevista, el profesor y Coordinador de Extensión y Vinculación del Campus Irapuato-Salamanca de la UG, Dr. Salvador García Barrón, explicó que durante tres años investigadores adscritos a la División de Ciencias de la Vida evaluaron las ventajas de la siembra directa, un método utilizado desde hace décadas en otros países, pero que en México —particularmente en el estado— aún no se ha extendido.
La siembra tradicional implica preparar el suelo, meter el arado, dejar airear el suelo unos días, meter la rastra, preparar la cama de siembra y luego entrar con la sembradora. Mientras que con una sembradora de labranza cero, o de siembra directa, al recoger la cosecha se eliminan los residuos del cultivo anterior y se va preparando el camino para depositar las semillas, sin necesidad de arar la tierra explica el Dr. García Barrón.
Pese a que desde hace varias décadas son conocidas las ventajas de la siembra directa, el método tradicional persiste, ya que los agricultores creen que protege más el suelo y genera mayores rendimientos. Para hacer un análisis imparcial, la Fundación Guanajuato Produce encargó a la UG un “Diagnóstico del desempeño para la sembradora de siembra directa”.
El estudio de la UG consta de dos etapas. La primera consistió en identificar cómo trabajaban los productores pertenecientes al Módulo de Riego 011, que cubre parte de Jaral del Progreso, Valle de Santiago, Cortazar, Salamanca, Irapuato. “Elegimos ocho parcelas distribuidas en estos municipios. Con diferentes dueños y diferentes formas de trabajar la tierra”, explica el Dr. Salvador García.
Los investigadores de la UG analizaron diversas variables y realizaron ajustes para aprovechar el potencial de la sembradora de siembra directa. Concluyeron que los casos más exitosos son aquellos en los que el productor es dueño de la sembradora y tiene agua disponible para el riego.
El problema, explica el Dr. García Barrón, es que cuando el productor renta el equipo, tiene que usar la sembradora cuando le toca el turno aunque en ese momento no cuente con el agua que requieren sus cultivos o la temperatura no es adecuada. Esto deriva en pérdidas, y creen que es por la sembradora, cuando no se trabajó en las condiciones óptimas.
Los investigadores de la UG están convencidos de las ventajas de la siembra directa, y a su trabajo con los productores del Distrito de Riego 011 se suma lo aprendido en el campo experimental del Campus Irapuato-Salamanca.
En la DICIVA cuentan con sembradoras tradicionales y de labranza cero, con las que trabajan 50 hectáreas, de las cuales la mitad están destinadas a investigación. Hay una comisión que define a quién y para qué se asigna una parcela para un experimento. La comisión trabaja en función del historial de esas hectáreas, para mantener el suelo en equilibrio, señala el investigador adscrito al Departamento de Ingeniería Agrícola.
La siembra directa es un modelo de sustentabilidad agrícola, que implica respeto al suelo, a la naturaleza. “Nos beneficia a todos, porque “todos vivimos de la tierra”, concluye el el Ing. García Barrón.