Candil de la Calle

Al diablo con Donald Trump

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(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

He aquí las palabras del inasible empresario estadunidense Donald Trump. Sí, el del peluquín, los concursos de belleza de las misses, los retos de realitys televisivos para hacer negocio y ahora, una vez más, metido a precandidato presidencial de los Estados Unidos de Norteamérica:

“¿Cuándo le ganaremos a México en la frontera? Se están burlando de nosotros, de nuestra estupidez, y ahora nos están ganando económicamente. No son nuestros amigos, créanme, nos están matando económicamente. Estados Unidos se ha vuelto un basurero de los problemas de todo el mundo.

“Cuando México nos manda a su gente, no nos manda a los mejores… nos mandan personas que tienen muchos problemas, y nos traen esos problemas acá. Nos traen drogas, traen crimen, son violadores y algunos, asumo, son buenas personas. Pero hablo con la guardia fronteriza y nos dicen quién está llegando y eso es puro sentido común. Nos están mandando a la gente incorrecta, y llegan de más allá de México. Están llegando de todo sur y Latinoamérica, y probablemente, del Medio Oriente”.

Estas palabras del empresario, volátil, polémico por su vida privada y pública, de bancarrotas y éxitos al mismo tiempo, fueron pronunciadas por él no en cualquier evento social, escenario de concurso o en alguna entrevista. Las dijo como parte de su discurso de postulación como interesado en convertirse en el candidato presidencial estadunidense por el Partido Republicano.

No fue lo único que dijo al respecto.

El dueño de los certámenes “Miss Universo” anunció que, de convertirse en presidente —cosa que afortunadamente parece tan lejana e imposible como que le crezca el pelo sobre el cráneo— construirá una gran muralla:

“Nadie construye mejores muros que yo, y créanme, será muy barata. Construiré una gran muralla en nuestra frontera sur y haré que México pague los gastos de la barda”.

Donald Trump es uno de los doce aspirantes del Partido Republicano a la presidencia de los EE.UU.

Trump ha hablado sobre México, sobre los mexicanos y sobre todo lo que detesta de la frontera sur de los Estados Unidos de Norteamérica hacia abajo en varias ocasiones.

No es desconocida su xenofobia y sus poses fascistoides ante la inmigración latinoamericana al vecino país del norte…el mismo que fue fundado gracias a la inmigración y por cuyas venas corre sangre multirracial y multicolor, les guste o no a personajes como Trump.

Esta mirada parcial, incompleta, conveniente y convenenciera de una relación tan compleja entre nuestro país y el vecino del norte no podría manifestarse en un momento más intrincado de la misma, cuando los intercambios ilícitos e ilegales en esta frontera (entre armas, drogas y dinero lavado) han incidido dramáticamente en la violenta realidad que vivimos, los de acá, los de este lado.

A qué mundito chauvinista reduce Trump las miles de raíces que se enredan bajo el río Bravo para unir a uno y otro país, a una y otra ciudadanía, tan distintos pero inseparables… para bien y para mal.

Las reacciones a este discurso manipulador, con doble moral, ya se ven en las redes sociales.

El linchamiento colectivo, los incendiarios patrióticos, el nacionalismo con que mentamos la madre a los del norte y criminalizamos a los del sur; la mexicanidad de la que se ufanan y de la que reniegan unos y otros, hasta el yanquismo que propone que ya, de una vez, nos anexemos al norte.

¿Y si levantamos la muralla de este lado?