Guanajuato es una ciudad que hace más fácilmente la comunicación con seres o entidades que nos ayudan a saber cosas que deberíamos de esperar a que la vida nos lo dicte sin caer en las provocaciones que nuestra propia curiosidad nos hace, pero a aveces, no es así. Pensar que una persona puede saber su futuro o que el destino le depara, siempre ha sido una de las curiosidades que el ser humano comparte en lo más profundo de su ser.
Mi amigo Antonio siempre me ha parecido un ser de luz, en verdad, un ser que sabe a dónde va sin mirar a ningún lado, sólo hacia su meta, su destino o su propia adivinación de vida con otros seres que lo guían, lo mueven o lo cuidan, a veces pueden ser seres de luz o a veces pueden ser espíritus de los muertos. Me dice que cuando él era joven se dedicó algún tiempo a muchos trabajos desde hacer música, teatro, dar clases, hasta a leer el tarot y de entre todos sus talentos mi amigo es un as en saber de lo que nos acontece desde la perspectiva de su propia sabiduría ancestral o de los seres que le indican lo que cada uno de nosotros vamos a vivir, y sí, él era tan ducho en estas artes que de hecho tuvo un auge en sus finanzas, amistades, y en su relación consigo mismo.
Me cuenta que él inició en estos menesteres por ayuda de un amigo que lo recomendó con un ser de luz que sabía cómo leer el tarot, en verdad yo sé que no cualquiera tiene el talento de leer y de saber más de tu propia vida que tú mismo, y Antonio aprendió a encauzar ese don a esta arte antigua adivinatoria, de tal manera que lo buscaban personas de renombre para saber lo que les deparaba el destino. Así pasó parte de su juventud, hasta que un día al salir de ese trabajo de lectura de cartas, decidió salir de aquél lugar en la CDMX y venir directamente a vivir a Guanajuato, él me dice que se subió a un taxi y le preguntó al taxista: «¿cuánto me cobra por llevarme a Guanajuato?» , lo dijo casi sin pensar, que ya luego pensándolo supo que era necesario salir, en ese momento, de esa enorme ciudad, por algo los seres que le daban consejo y se parecían como pensamientos inmediatos, ese pensamiento claramente le aconsejaba irse, así que llegó a esta ciudad, lo interesante es que, desde que llegó, se decidió a no leer más sobre el destino de nadie y desde ese entonces no lee el tarot. Me cuenta Antonio que desde que negó a leer el tarot, las cosas cambiaron drásticamente, sí creía en la suerte, pero jamás creyó que todo su mundo se caería a pedazos: las finanza, la bonanza en amistades y relaciones, se vinieron abajo estrepitosamente, no, no se le aparecieron seres, no lo acosaron fantasmas, no, eso no, sólo se quedó sin nada.
Yo le pregunté que por qué y él me dice que cuando le enseñaron a leerlo su maestro le dijo que tuviera cuidado, que leer el tarot implica un respeto a las cartas y los seres ancestrales mágicos o muertos que pueden decirte la vida completa de otro ser y el cómo ayudarles, que es por ello que el leer las cartas conlleva una gran corresponsabilidad y que, por ende, no lo puedes abandonar así como así, pero -precisó- «yo no esperaba lo que venía, Gaviota (así me ha dicho desde que lo conozco)». Y en efecto, ser escogido de entre los millones de personas que somos y que estamos viviendo en esta dimensión para un trabajo tan loable como lo es el leer el tarot, no es un golpe de suerte, es porque realmente el talento y el don se tiene desde nación, así que es de esperarse que los seres que te escogieron a ti, no te dejen ir así como así y sí, hay un precio que pagar y lo pagó con creces.
Eso sí, las cartas aún las tiene, me dice que están ahí como esperando cuándo va a despedirse con respeto, pero ahora que ya tiene una hermosa familia y ha salido de tanta desventura, que realmente no quiere retomar ni retornar, en el tiempo, lo que no pudo hacer en su momento: dar las gracias por lo dado y despedirse de esos seres que le ayudaron a dar lucidez en la lectura de cartas que, en su momento, fue lo que lo inspiró a salir adelante.
Antonio sabe desde entonces que esto no es un juego, el respeto que debe tenerse a estas artes adivinatorias ancestrales debe permanecer así para siempre, no importa si vive o muere, pero yo creo que debe cerrar el círculo de comunicación para, cuando muera, pueda descansar en paz y dejar a sus hijos con una vida sin misterios mágicos que resolver. ¿Quieres conocer a Antonio? ven, lee y anda Guanajuato.