Guanajuato, Gto 22 de octubre de 2019. Desde su trinchera, Miguel Rodríguez Guido “El mimo Michele”, lleva la Fiesta del Espíritu a las comunidades, a la gente que menos tiene desde hace 30 años.

Desde ese tiempo, se ha preocupado en cada edición del Festival Internacional Cervantino (FIC), por llevar su espectáculo de pantomima, a la plaza de los pueblos de Guanajuato totalmente gratis.
Pero no va solo, lo acompañan artistas de circo, danza y música, todos sin cobrar un solo peso cada octubre, mes oficial del Festival Cervantino.
Su “trinchera”, su lugar favorito es la Plaza de la Paz, ubicada en el corazón de Guanajuato capital donde la gente lo espera, lo busca para ver su show.
Su espectáculo es limpio, platica que, no insulta a la gente, no se burla de ella, solo la hace participar con mímica, con su personaje de mimo con el que tiene como único objetivo hacer reír.
“Cada Cervantino voy a las comunidades, les presentó mi espectáculo gratuito, invito a más aristas de los que llaman callejeros, ellos ofrecen diversas técnicas, algunos compañeros son de mexicanos, otros son extranjeros.
“Sabemos que muchas personas no pueden venir a la capital a ver los conciertos, los espectáculos, por esa razón nosotros vamos a ellos, los hacemos reír un ratito, los hacemos olvidarse un poco de sus problemas y nosotros nos gusta esa parte, para eso estamos para eso somos artistas callejeros”, relató al término de su presentación, pero sin dejar de poner atención al próximo número de sus compañeros.
Estas actividades, también las presenta en barrios, colonias y escuelas para los alumnos y habitantes que a pesar de vivir en la capital no puede acceder al Cervantino.
Preocupado por impulsar y difundir sus actuaciones, organiza el Festival Nacional de Actores Urbano y cada año se reúne con sus colegas en distintos puntos del estado, en lugares públicos, pero con mayor énfasis en Guanajuato capital.
El trabajo de “El mimo”, es difícil, dice que es más fácil que el resto de sus compañeros que pueden hacer reír al público hablando, contando historias, cantando, bailando, actuando.
“Con mímica con pantomima es muy difícil hacer reír a la gente y más cuando es un público infantil, es una técnica complicada, pero lo bueno es que ya tengo años de experiencia y ya tengo cayo, pero tengo que ser hábil para divertir a las personas”, explicó.
Con su cara maquillada de blanco, un pantalón que rebasa un poco las rodillas, un sombrero y una playera de rayas blancas y negras, Miguel Rodríguez, sale cada tarde de Cervantino a divertir a la gente y lo hace apoyado de algún muñeco de peluche, pero usa cualquier accesorio de las personas del público para comenzar su show. Para hacerlas participar.
“Cuando no escuchamos a la gente reír, nosotros no podemos seguir actuando, no estamos dando lo que ellos esperan o no estamos haciendo bien las cosas, y cuando sucede lo contrario y escuchas los aplausos te emociona, te alimenta, te ayuda a crear más cosas”, relató.
Él, no usa música, no tiene una escenografía, no tiene un escenario fijo, emplea su creatividad, sus manos, su mímica para estar cerquita del público y hacerla olvidar un rato de sus penas y quiere seguir otros 30 años participando en las calles, en cada una de las próximas ediciones del Cervantino.