Histomagia

La niña

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La ciudad de Guanajuato, hace muchísimo tiempo, tuvo varias áreas arboladas, entre ellas la zona de Dos Ríos, pues es bien sabido que los ríos que confluían fueron embovedados y, por ende, los árboles fueron quitados para hacer las calles, también para poder construir casas y callejones.

Me cuenta mi amigo Arnulfo que su abuela le contó una historia donde no cabe duda que la naturaleza humana muestra su lado más extraño, pues muchas personas que mueren no quieren irse de aquí, sí, la ciudad está llena de fantasmas, y a veces no sabemos quién es quién y están guardando una esperanza de no se sabe qué, aquí en esta ciudad mágica.

Muchos años antes, la que ahora es casa de mi amigo, estaba rodeada de árboles y ahí vivía una niña pequeña que aún no cumplía sus cinco años y en la casa de al lado vivía su bisabuela. A las casas las unía un jardín arbolado, por lo que las ventanas daban a ese hermoso follaje verde que daba sombra durante el día y por la noche protegía las casas del viento frío que baja por la sierra, pero también daba idea de dar refugio a seres que no son de aquí.

Arnulfo relata que, una noche, por la madrugada, los padres de la niña escucharon ruidos como si alguien bajara las escaleras de metal; asustados salieron de su cuarto a ver quién era, pero como la zona en esa época era muy alejada y solitaria, pensaron que si alguien había entrado a la casa seguro era porque se había equivocado, la luz escaseaba y era común que algún vecino entrara sin querer a su casa. Aun así, al salir a ver, en la penumbra les extrañó observar cómo quien bajaba las escaleras era la niña que rápidamente iba hacia el primer piso de la casa, contenta, diciendo en una especie de canturreo que iba a ver a su bisabuela. Los padres pensaron que estaba dormida, sonámbula, y la detuvieron al llegar al último escalón. La niña volteó a verlos sorprendida, tan ensimismada iba que no los había visto, entonces ellos le dijeron que su bisabuela estaba dormida que no fuera a molestarla a esas horas. La niña les dijo que no, que “alguien” la despertó, que lo sintió cerca de su cama, la levantó al tomarla de su manita y la guió a asomarse por la ventana que daba a jardín donde vio a una anciana, ella, pensando que era su querida bisabuela, bajaba para verla, hasta se puso sus zapatos nuevos para encontrarse con ella en medio de la fría y oscura madrugada. A estas alturas, sus padres aún más extrañados salieron con ella al frondoso jardín y no vieron nada, ellos, pero la niña les indicaba, señalando enfrente de ellos, que ahí estaba la señora viejita, ya en el colmo del horror y asustados por las visiones fantasmagóricas que tenía su hija, mejor la tomaron en vilo y, abrazándola, todos regresaron a la seguridad de su casa, llevándola a dormir con ellos, pero ella no entendía el por qué no la dejaron acercarse a esa viejecita que la esperaba en el jardín, y al parecer desde siempre.

Al pasar los días, le preguntaron a la niña si ya había podido dormir bien, ella les dijo que sí, que sólo es que todos los días la despiertan por la madrugada para poder ver desde la ventana a la viejecita, a quien al parecer le quedó claro que no podía acercarse a ella, aun así, la niña insiste que esa anciana es su bisabuela. Sus padres al principio creían que era un sueño, pero ya se estaban dando cuenta que era un problema el que la niña viera a esa mujer, pues nunca pudieron quitarle esa idea y tampoco supieron quién era.

Pasaron muchos años y, ya más grande, la de en ese entonces niña, les contó a sus familiares que ese tiempo no solo en la noche la veía, si no que también llegó a verla de día, en su cuarto, en la cocina, en el patio… tal vez porque desde aquélla madrugada en que sus papás la detuvieron protegiéndola y no salió a verla, ya el fantasma de la anciana se le aparecía a la hora que fuera ya no sólo en el jardín, ahora se paseaba por toda la casa y era impredecible su manifestación espectral. A la fecha, ahora ella ya anciana, dice que esa mujer era real, pero eso sí, recuerda todo de ella, menos su cara. ¿Quieres conocer la casa de “la niña”? ven, lee y anda Guanajuato.