EL BALCÓN DEL PALACIO. ¿Quién iba a imaginar que tendríamos este escenario en el municipio, el estado, el país y el mundo? En medio de una pandemia y apagones de energía eléctrica en entidades completas; diputados que ejecutan o que se mueren por efectos del coronavirus.
Con tantos legisladores sin partido, si se organizaran ya podrían ser la segunda fuerza política representada en el Congreso. No debería haber tantos partidos y menos los que surgen con el claro afán de ser paleros de otro más grande.
En el Palacio Legislativo de Guanajuato, en ese grupo de los Sin Partido, que no independientes, ahora habría, dos ex del PAN, dos ex PRD, una ex Morena. Los Morenistas pasarían a ser la tercera fuerza política, el PRI tercera y así.
Pero siempre es lo mismo, ya lo verá en unos días cuando comiencen las campañas y la mayoría de los políticos que conocemos, buenos y malos, salgan a buscar un nuevo cargo de elección popular, que salgan a chapulinear pues, a brincarle a otro hueso.

Cada proceso electoral es temporada de comer sapos sin hacer caras, ya se sabe; pero los que son protagonistas tendrían que vestir con un poquito, tantita dignidad su actividad política, congruencia, creo le llaman y no descararse a las primeras mostrándose como son: ambiciosos y perversos, ignorantes y ruines, que solo ven la manera de estar succionando del néctar de las arcas públicas.
Y es que no saben vivir de otra cosa, se quedan enviciados con el poder, aunque éste solo esté en su cabeza.
IBARGÜENGOITIANAS. Lo que son las cosas, aquél diputado ahora ex panista y antes antimorenista, Luis Antonio Magdaleno Gordillo, quien fue vapuleado por el doctor Raúl Márquez Albo, ex panista, ahora morenista y que lo exhibió de fea manera, como un médico sin cédula profesional, porque lo retó –al calor del debate virtual–, enunciando primero su número de cédula a que hiciera lo propio, no le respondió y dejó el señalamiento sin respuesta, ahora son cuais.
A pesar de que fue nominado y encabezó la mesa directiva por Acción Nacional, en la diputación permanente, que terminó justamente esta semana, –el lunes, mismo día que presentó su renuncia al grupo parlamentario albiazul–, Magdaleno Gordillo, dejó entrever como que hay cosas “que se dieron, partidistas, personales, con las que uno ve que no encaja”. Así como en referencia a que ya se había acabado el hueso y no había expectativa de más.

Lo mismo pasó con Miguel Ángel Chico del PRI, Beatriz Hernández Cruz del PAN, de los más reconocidos y con muchísimos años en sus partidos, en la víspera de las candidaturas para la elección del 18. Que hay que decirlo, a pesar del cambio de camiseta, siguen siendo los mismitos con sus virtudes y defectos, ni más güeros ni más prietos.
Y MIENTRAS TANTO EN EL ATENAS DE POR ACÁ. El presidente capitalino Alejandro Navarro Saldaña, luego de días de aguantar el fuego, amigo y enemigo, salió a defenderse de las críticas por ser un alcalde tik tokero, porque le ha llovido fuerte desde todos los frentes.
Caricaturas, airados señalamientos de líderes sociales, rasgado de vestiduras de contrincantes políticos, envidiosos, etc., de todo.

Ya se sabe que es un provocador de polémica, un distractor de temas importantes y se ganó que se le recuerde como el alcalde Fifi, que pedía pasaporte para entrar a la ciudad, mientras la chusma no podía ni caminar por sus históricas calles.
Lo cierto es con el espaldarazo que le dio el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, con el anuncio de la Obra Pública para este año, la edificación del segundo brazo para el desnivel de la Glorieta Santa Fe o mover la Caseta de Cobro, para integrar el circuito las Teresa-Cervera, es algo que no se tendría si no fueran del mismo equipo, aunque con muy diferentes estilos.