Histomagia

GUARDIANES DEL MÁS ALLÁ

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Las Momias de Guanajuato son un distintivo singular, único de esta ciudad; su momificación ha sido natural es resultado de la riqueza mineral del suelo, montañas y cuevas de aquí: las sales minerales conservan los cuerpos al secarlos y dejarlos prácticamente en su forma original, o casi, pues alguna nos ha mostrado el horror de ser enterrada viva, incluso un nonato con la expresión de querer obtener oxígeno desde el vientre de su madre ya muerta.

Alguna ha viajado fuera del país, otras han sido robadas inexplicablemente (aclaro que no se esfumaron por sí mismas) y algunas mutiladas por aquellas personas incrédulas que pensaban que eran hechas de cartón en las oscuras catacumbas del panteón municipal de Santa Paula.

Actualmente se ubican en un museo que lleva su nombre, en la parte de atrás del Panteón, ahí en el museo hay personal encargado que las ordena y cuida, y que también dan espacio a los turistas para que puedan disfrutar de la exposición, de las historias de misterio y espanto que giran en torno a su existencia, aunque ya no estén en esas catacumbas, formadas en fila sin protección alguna a lo largo de un pasillo húmedo y mohoso, ni tampoco el laberíntico pasillo de gavetas de cristal en un caos confuso.

Muchas de las personas que las han visitado, cuentan un sinfín de historias ocurridas en ese museo, pero una de las que me ha impresionado es sin duda la de un turista de Aguascalientes que ha contado su experiencia de terror cuando vino a visitar el museo.

Él dice que estaba viendo con detenimiento cada una de las momias y observaba con incredulidad la conservación exacta de los gestos que al morir quedan en los rostros de ellas que algún día fueron personas como tú y como yo. Pues bien, él me dice que se quedó estupefacto cuando vio al nonato con el gesto de grito eterno en su carita, de inmediato quiso sacar una foto de ese pobre bebé, y sin permiso la sacó y quedó guardada en la memoria de su cámara. Siguió visitando varios museos y partes de Guanajuato, y a los días se regresó a su ciudad natal. Una noche, revisando las fotos del viaje, se topó con esa foto del nonato, cuál fue su sorpresa al ver en el reflejo del vidrio en la vitrina, un rostro deforme, no era una de las momias, era de un ser que claramente se veía con rostro adusto, molesto, era un hombre sin duda por las facciones angulares y mirada penetrante, además portaba un sobrero negro de época. Pensó de inmediato que sería una superposición de fotos, si bien es cierto que la tecnología se ha adelantado mucho, no está exenta de tales problemáticas. Se dispuso a descartar posibles errores en la toma, reflejo de otros visitantes, algo, pero en su computadora con todos esos filtros para verificar esa evidencia, no encontró nada. La fotografía reflejaba claramente a un ser de otro mundo, un ser del más allá que se manifestaba tal vez porque no quería que estuvieran en su casa que es el panteón de Santa Paula o quizá sea uno de los tantos espectros que viven y conviven con los guanajuatenses en sus casas, calle y callejones. A la fecha para él la explicación que más le convence es la de que están aquí cuidándolas. Coincido con él.

La verdad esta historia me llamó la atención y tal vez, sólo tal vez, los seres guardianes que cuidan esas almas momificadas, porque no olvidemos que fueron personas vivas quienes están ahí, están ya molestos de tanta y tanta gente que viene a verlas, algunos con respeto otros solo para burlarse de la desnudez o sus ropas de época de esos cuerpos momificados, como si esas personas que se burlan fueran eternas y nunca fueran a morir. Sabemos que la muerte es parte de la vida, es la que nos guía cada día para vivir plenamente aún con los problemas que puedan surgir en nuestro breve paso en este mundo. Lo bueno es que el primer espectro guardián ha salido en su defensa, vaya Dios a saber, cuántos más saldrán de sus tumbas para protegerlas y por fin las dejen descansar con ese poco de paz que tienen en su museo. ¿Quieres conocerlas, ahí en su casa, detrás del Panteón Santa Paula? Ven, lee y anda Guanajuato.