Desde el Faro

Congruente y generoso

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“Yo me hinco donde se hinca el pueblo”, así respondía siempre cuando alguien le preguntaba sobre sus creencias religiosas, con ello, tal vez trataba de señalar que no era ateo, simplemente antifacista y anticlerical; tal vez por ello, en Guanajuato no se recordó a José Chávez Morado, a 19 años de su partida, a pesar de haber sido un artista congruente, y sobre todo, generoso.

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Congruente, porque sus ideas políticas las mostraba en su obra y en su vida privada, esto lo demuestra en los murales instalados en la Ciudad de México y Guanajuato, donde se observa la lucha de los desposeídos contra los opresores; congruente también porque al estar siempre contra la manipulación ejercida por la Iglesia Católica, decidió que sus cenizas y las de su esposa fuesen depositadas en unas macetas.

Generoso porque donó al pueblo todas sus propiedades; su casa, en el barrio de Pastita, es ahora el Museo Olga Costa – José Chávez Morado; la finca donde nació, en Silao, es el Museo Tomás y José Chávez Morado; en ambos recintos puede observarse gran parte de su obra de caballete y la colección de arte popular que pudo reunir durante toda su vida.

Vida y Obra

Al hacer un breve recorrido por su biografía uno se da cuenta que a la edad de 16 años fue “bracero” en los Estados Unidos donde también trabajó en la instalación de vías férreas, allá estuvo 5 años, luego de los cuales regresó a Silao donde su padre lo puso al frente de una tienda; después, por su vocación al dibujo, logró estar en el Taller de la Gráfica Mexicana; ahí comenzó la publicación de carteles, grabados y caricaturas.

En 1938, junto con Octavio Paz y otros mexicanos, se fue a España, a luchar contra el dictador Franco; a su regreso, en México, formó parte de la tercera generación de muralistas, sus obras se pueden apreciar en la Ciudad Universitaria, en la fachada del Palacio Legislativo de San Lázaro, en el Museo Nacional de Antropología e Historia, donde destaca la columna del patio central; y en Guanajuato, los murales de la Alhóndiga de Granaditas, la Capilla Barroca del Museo del Pueblo y la Presidencia Municipal.

Murió hace 19 años, pero está presente a través de sus obras, de la herencia que dejó al pueblo de Guanajuato. Artista generoso y congruente con sus ideas.