Vivir solo es parte de la vida moderna, la soledad siempre ha sido achacada con dolor y desamor. No es así. El amor que uno tiene puede darlo a los seres vivos que coexisten con nosotros, desde las plantas hasta los animales que tenemos en nuestras casas.
Esta vida entonces también define la modernidad en el adoptar animales de compañía, ellos están con nosotros, son fieles a nuestro amor, y fieles a nuestro trato, es por eso que muchos animalitos, aunque los maltraten, siguen ahí porque esperan correspondencia del amor que ellos dan.
Los animales de compañía son parte de nuestra familia y ayudan a sentir que uno no está solo, que uno siempre estará en contacto con otra vida, esa vida tan valiosa como la nuestra, vida cuyo amor hace que la den por nosotros de la manera más desinteresada con el más profundo amor que nos profesan.
Ayer necesité pasar con mi amiga Paty, mamá de la Doctora Yesica, la veterinaria de mis perros y gatos, para pasar por una leche para dos gatitos bebés rescatados que son ahora mi responsabilidad. Pues bien, pasé con Paty, y le di mi más sentido pésame, pues recién su papá había fallecido. Entramos a la clínica y me entregó la leche en polvo para los mininos. Al salir nos quedamos platicando a la entrada de su casa, una de mis gatas, Motita, decidió meterse a la cochera y estar presente en la plática, me apuré a cargarla, porque pensé que de inmediato que los caniches de Paty iban a empezar a ladrarle y se asustaría. Seguimos platicando, solté a la Motita, me hizo la finta que iba a salir y se volvió a meter a la cochera, otra vez, cual deja vu la cargué y esta vez, me di cuenta de que no bajaba ninguno de sus perritos. Extrañada le pregunté dónde estaban los perrinis, ella me contestó que hace ya un año que habían fallecido. Sorprendida le dije que no era posible, que no erar posible, – me repetí y lo repetí- pues siempre los he escuchado ladrar y rascar el portón de su casa cuando paso por su banqueta. Paty en su pena de perder a su ser querido y a sus perritos, me dice que es imposible, que primero murió una de ellas luego, la otra, al no soportar la soledad de su congénere, que no están ya en este mundo.
Yo insistí, en verdad, esas veces que he pasado por fuera de su casa ellos ladran y avisan como siempre, pues recientemente fui con mi otra vecina que vive al otro lado de la veterinaria, yo vivo de un lado, y le platiqué que cada vez que paso los he escuchado ladrar cuidando la casa, su casa. Melancólica Paty me dice que sí, que ella todavía los siente cerca, yo, aún sorprendida, le conté otra vez, las diversas ocasiones en que los he oído ladrar en coro con la Vampy, una de mis perras que es la más ladradora de mis perros. Aún en la sorpresa, me despedí de mi vecina, agradeciendo el gesto de darme la fórmula para mis gatitos bebés.
Hasta este momento sigo sorprendida, en verdad, porque vivir estas experiencias en que nuestros animales de compañía nos siguen procurando en su otra vida, hablan de infinito amor que ellos profesan y además si son animalitos rescatados, aún más demuestran su amor hacia nosotros y en verdad, mueren defendiéndonos, ellos dan la vida por nosotros. Lo mínimo que debemos hacer es corresponder a ese amor cuidándolos y amándolos, ellos se lo merecen. Yo he rescatado más de mil animales en lo que va de mi vida, y en verdad creo que sigo vivía, como alguien me dijo alguna vez cuando salí del cáncer que padecí, que el agradecimiento y amor de esas almas inocentes, son las que me ayudaron a mantenerme viva, pienso que es verdad, el amor hace lo imposible.
Sigo rescatando perros y gatos, aún con mis 6 perros y 16 gatos. Sé que al menos, estoy poniendo un granito de arena, amando y cuidando, a mis posibilidades, esas almas amorosas que por siempre nos amarán. ¿Quieres conocer las almas puras de amor incondicional? Ve a tu mascota, ámala como es, cada una tiene su propia personalidad, eso sí, pero amables todas y cada una son. Y en verdad, si no tienes alguna, deja la soledad y adopta, date y dales una oportunidad para vivir un amor infinito, desde el más allá. Ven, lee y anda Guanajuato.