Con ese grito que se ha convertido en un símbolo de lucha, para denunciar las injusticias en contra de universitarios, en el marco de su 70 aniversario, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato exigió castigo a los culpables del crimen del joven estudiante de agronomía, Angel Yair, además, la revisión de la política de seguridad pública en México.
Ante el público reunido en el Teatro Principal, minutos antes de iniciar el concierto de aniversario, Roberto Beltrán Zavala, director de la OSUG, y la violista Betsabé Jiménez Valencia, condenaron el “artero ataque contra un grupo de jóvenes estudiantes de nuestra casa de estudios, ataque perpetrado por aquellos que deberían garantizar nuestra seguridad”; también rechazaron todo tipo de violencia,” más aún cuando ésta se ejerce por la fuerza pública contra jóvenes inocentes”, e insistieron en el llamado a que se aclare el asesinato y se revise la estrategia de seguridad pública en el país.
Después, a manera de homenaje, la orquesta universitaria interpretó el Adagio para Cuerdas, de Samuel Barber, un lamento que suscita en el oyente la más profunda melancolía; durante los 9 o 10 minutos que duró la obra, violines, violas y violonchelos, lograron transmitir en forma bella la tristeza por la muerte del joven universitario. Al término de la pieza, los integrantes de la orquesta y el público guardaron un minuto de silencio.
NOCHE REDONDA
Pero la noche fue redonda, porque en su 70 aniversario, además del homenaje al estudiante asesinado por un elemento de la Guardia Nacional, la orquesta tocó “Cuadros de una Exposición”, del compositor ruso Modesto Nussorgsky , que en su parte final hace referencia a Kiev, la capital de Ucrania, y lo hace en forma vibrante, con el sonido de campanas que moviliza a toda la orquesta. Aún más, el programa se inició con “El Pájaro de Fuego”, del también ruso, Igor Stravinsky. Así, la OSUG puso en escena a Rusia y Ucrania con 2 eminentes obras, como tratando de explicar que a pesar de todo, el arte resplandece por encima de la oscuridad y ofrece soluciones a los conflictos.
De esta forma, la Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, en sus 70 años de vida, con enorme esfuerzo y sensibilidad demostró que una orquesta puede, como dice Beltrán Zavala “hacer que el mundo cambie un poco para bien”.