Kate Burt, ciudadana estadounidense, promotora del arte en Guanajuato, llegó por primera vez en el 2005 a la capital del estado con la idea de vivir tranquilamente, disfrutar de su jubilación, pero desde entonces se enamoró de la ciudad y ha logrado integrar el grupo Opera Guanajuato con el que presenta obras en teatros y plazas públicas.
Originaria de California y egresada de la Universidad de Nueva York, recuerda esos primeros días de su estancia en la ciudad, cuando escuchó “una maravillosa orquesta universitaria”, y alrededor de ella, muchos músicos de calidad, pero no había grupos organizados que fomentaran el arte; entonces decidió cambiar su vida y entregarse por completo a preparar actores y cantantes; pero la empresa no fue fácil; tuvo que enfrentarse incluso a la discriminación por ser extranjera. “Esta gringa no va enseñarnos cómo hacer las cosas…”, decían algunos guanajuatenses.
En esos años, incluso ahora, con menos frecuencia, los recelos marcaron un poco su vida, pues como decimos en México: “la mula no era arizca, la hicieron”; sin embargo, todos los obstáculos han sido superados con la solidaridad y afecto al prójimo.
Recuerda con gusto que después de 8 años de trabajo, tuvo, en el 2013 el primer éxito con la ópera “Amahl y los Visitantes Nocturnos”, que trata sobre un niño campesino y los Reyes Magos. “Trabajamos con un coro de 30 personas y 6 solistas; el director concertador fue Iván López Reynoso, un joven que ahora destaca en Bellas Artes”. También recuerda que el cantante principal fue Baruth Mejía, un niño que vive en la colonia Las Teresas; “él es uno de los descubrimientos que hemos podido ayudar”; esta misma obra volvió a presentarla en el Teatro Principal.
En el 2014 tuvo otro éxito con la presentación de “Hanzel y Gretel”, el cuento de hadas de los Hermanos Grimm. “Fue en abril, en el Teatro Juárez, lo hicimos con ayuda del Instituto Estatal de la Cultura, la Universidad de Guanajuato y donaciones particulares, fue un trabajo extenuante, pero satisfactorio, porque de nueva cuenta participaron cantantes y músicos de Guanajuato”.
Luego, en el 2015 y 2016 montó la ópera “Dido y Eneas”, de Henry Purcell, en el Teatro Juárez; este año volvió a presentar “Amahl y los Visitantes Nocturnos”, y los montajes de “La Flauta Mágica”, de Mozart y “El Mesías”, de Haendel; dos enormes obras maestras; nunca se había visto tanto movimiento operístico en Guanajuato, con puro talento local.
EN EL MERCADO
Ella está consciente de que la buena música es universal, que a toda la gente le gusta, y que no necesariamente se debe escuchar en las salas de concierto o en los teatros, lo demostró con hechos cuando en el 2019, en el Mercado Hidalgo se escucharon algunas arias de obras como Carmen, El Barbero de Sevilla, o La Bohemia.
Fue extraordinaria la reacción de las personas que todos los días realizan sus compras en el emblemático lugar, cuando de la nada surgieron las voces que transportaron a los sorprendidos espectadores a la trágica historia de Carmen, la hermosa y provocativa gitana; o esas canciones con las que cualquier oyente se siente reflejado en los sueños y esperanzas de la juventud, ¿quién no recuerda la emoción del primer beso, el ardor de los celos, la esperanza, la nostalgia, la pérdida, sentimientos que afloran en La Bohemia de Puccini?, todo eso se sintió en el espectáculo montado por el grupo Opera Guanajuato.
Pero lo más sobresaliente fue observar los rostros iluminados por la sorpresa al ver salir a los cantantes vestidos con mandil de entre los puestos de verdura, fruta, o pollo; la reacción fue el aplauso generalizado, como respuesta contundente de que la ópera, la buena música, también es aceptada por el gran público, al que se le ofrecen pocas oportunidades de disfrutarla.
La idea triunfó, un tanto por la imperiosa necesidad del público por dejarse envolver por las emociones del mejor arte, y por el entusiasmo de la líder que sacrifica su vida al arte con los bolsillos casi vacíos; tal vez esto último sea la clave de su éxito en la ciudad: la transparencia de su actitud
Los buenos ejemplos abundan en torno a esta mujer que ha escogido a Guanajuato para sembrar las semillas del arte y la solidaridad. ¡Gracias, Kate Burt por vivir entre nosotros!