El espacio de Escipion

Bartlett y Maduro, los que dividen a las izquierdas en México

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+ El equipo de Brugada

+ Los huérfanos de AMLO

En este momento, en nuestro país, las izquierdas electoreras, especialmente las agrupadas en Morena y PT, tienen dos razones de división en sus corazoncitos, una interna y otra externa: Manuel Bartlett Díaz y Nicolás Maduro Moros. No son motivo de confrontación, ni generarán divisiones, pero sí de mucho debate, pues representan dos curiosos ejemplos de la doble vara y moral política con que sus cuadros y dirigentes llegan a medir a los adversarios y a los supuestos aliados.

El primero, el legendario Manuel Bartlett Díaz, viejo ex dinosaurio priista, director de la Comisión Federal de Electricidad, a quienes mucho ha inquietado su pasado como presunto autor de la caída del sistema de 1988 (metafórica y políticamente hablando), las acusaciones que pesan sobre él por el caso Camarena y que ahora es sujeto de investigaciones periodísticas por sospechosos tráficos de influencias y adquisición de bienes inmuebles (y no del actual sexenio solamente), y a quien, al mismo tiempo, le reconocen haber “rescatado la política eléctrica nacionalista” de las manos de las voraces transnacionales españolas.

El primero, el legendario Manuel Bartlett Díaz, viejo ex dinosaurio priista, director de la Comisión Federal de Electricidad, a quienes mucho ha inquietado su pasado como presunto autor de la caída del sistema de 1988 (metafórica y políticamente hablando), las acusaciones que pesan sobre él por el caso Camarena y que ahora es sujeto de investigaciones periodísticas por sospechosos tráficos de influencias y adquisición de bienes inmuebles (y no del actual sexenio solamente), y a quien, al mismo tiempo, le reconocen haber “rescatado la política eléctrica nacionalista” de las manos de las voraces transnacionales españolas.

Al respecto, impera más el peso de lo segundo que las largas y añejas denuncias, desde su paso por la Secretaría de Gobernación priista hace más de 30 años, el gobierno poblano o su papel de legislador priista. Hoy, al político de origen tabasqueño, lo han elevado al rango de prócer del nacionalismo de la Cuarta Transformación, al que se perdonan todos sus pecados, como lo ha reiterado en más de un foro el director del Instituto de Formación Política de Morena (IFPM), Rafael Barajas, “El Fisgón”.

El otro personaje es el actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, heredero político y continuador del llamado “Socialismo del Siglo XXI”, el neo bolivarismo antimperialista latinoamericano impulsado por el extinto comandante Hugo Chávez Frías, quien en medio de fuertes denuncias de fraude electoral proclamó su tercera reelección, en una coyuntura harto difícil, pues sus auténticos respaldos internacionales de peso o están entretenidos en otras guerras (Rusia, Irán, China) o no los tiene convencidos (México, Colombia y Brasil), y a otros de plano ya los perdió como a Chile.

Según el Consejo Nacional Electoral de Venezuela el 51.95 por ciento de los votos fueron para Maduro contra 43.18 por ciento de Edmundo González, el candidato opositor, quien, por supuesto, no reconoce el resultado y el cabildeo internacional de las redes de su mentora, María Corina Machado, han comenzado a tensar la política interna venezolana. De esta madera, Maduro anunció su tercera reelección que iniciaría en enero de 2025 y se extendería hasta enero de 2031, mientras se aferre a la imposición de resultados.

Envuelto que la bandera socialista, nacionalista, antiimperialista y latinoamericanista, Maduro ha forzado el respaldo de algunos países de la región y el apoyo de los formadores de opinión en España y América Latina a quienes ha consentido económicamente, pero insuficientes, pues como hemos dicho tres de los principales presidentes han pedido la transparencia de sus actas y una salida negociada a la crisis: Andrés Manuel López Obrador, de México; Luiz Inacio Lula da Silva, de Brasil, y Gustavo Petro, de Colombia, todos surgidos de partidos de izquierda.

A pesar de ello, el IFPM, y varios moneros y plumas del aparato de propaganda siguen empeñados en comprar la verdad de Maduro. Incluso, trayendo a Cristina Fernández de Kirchner, la cual no dudó en fijar su posición: “Por el legado de Hugo Chávez, presenten las actas”.

Hoy, en Venezuela, no hay lugar para miramientos por más antiimperialistas que se vistan. Es más, el ala chavista antimadurista del Partido Socialista Unido de Venezuela y ex funcionarios del gobierno, entre ellos el ex ministro de Comunicación de Chávez Andrés Izarra y el ex alcalde de Caracas Juan Barreto, apoyan la moción de los presidentes izquierdistas para que el régimen de Nicolás Maduro se abra a la negociación con los opositores y al escrutinio internacional, y también piden que “intercedan para que se ponga fin a la represión y criminalización de la protesta y violaciones a derechos humanos, y sean liberados los cientos de ciudadanos detenidos por expresar sus exigencias y reclamos en torno a los resultados dados a conocer por el CNE”.

Al domingo pasado, la organización Foro Penal reportó un saldo rojo de 988 detenidos y 11 muertos, cientos de denuncias de persecución, intimidación e invasión domiciliaria, derivadas de las protestas en Venezuela que comenzaron el 29 de julio tras los comicios del pasado domingo 28.

Queda claro que no todos los gobernantes progresistas lationamericanos han aceptado fácilmente los argumentos de una victoria democrática y legítima (pues sólo Cuba, Honduras, Nicaragua y Bolivia la han reconocido), pues las anomalías del Consejo Electoral y la retardada presentación de las actas, además de acusaciones de que fueron hackeados, de que hay injerencia internacional, rayan en lo ridículo y la sospecha de fraude electoral pesa sobre el régimen de Nicolás Maduro y las protestas callejeras han escalado rápidamente.

El origen del PRD en 1989 y de Morena en 2011, son producto de denuncia de fraude electoral, del uso faccioso del poder político, de la intromisión de las élites contra la voluntad popular. Al PRD le costaron 696 militantes asesinados el poder tener el reconocimiento de sus victorias electorales y triunfar en la Ciudad de México desde 1997. A Morena las consignas de “voto por voto, casilla por casilla” tienen alto significado para México y para el mundo: nunca más un fraude en las urnas ni con injerencia internacional ni de factores de poder económico y mediático.

A Bartlett, por más lavado de imagen y defensa a ultranza que hagan desde el oficialismo, su papel en la historia de la democracia en México está juzgada. A Maduro, en el caso mexicano, como lamentablemente sucedió con la defensa que en su momento hicieron viejos comunistas y sociales de regímenes autoritarios y represores, no debería haber dudas en reprobar sus métodos y desechar sus tropelías simuladas bajo el pretexto del injerencismo imperialista.

+ Los huérfanos de AMLO… Contra los argumentos simplones de que “somos Venezuela”, afortunadamente no es así y para muestra el equipo entrante que, como cada sucesión presidencial entre mandatarios del mismo partido, pues hay piezas que son ratificadas temporalmente, muy pocas son transexenales y otras sustituibles. Por ello, muchos se preguntan qué pasará con los protegidos de AMLO que no alcanzaron posiciones legislativas y algunos tuvieron graves errores como funcionarios, tales como Francisco Garduño de Migración, López Gatell de Salud, Martí Batres (cuyo pecado fue oponerse a García Harfuch), Román Meyer —quien pide ya una embajada—, Ana Gabriela Guevara, Jenaro Villamil y Jesús Ramírez Cuevas.

+ El equipo de Brugada… Se preparan los operadores políticos que tendrán papel fundamental para que el brugadismo se abra paso y comience a construir un proyecto de izquierda con sello distinto en la CDMX, al que se han anticipado tres nuevas secretarías: de Vivienda, de Atención Ciudadana y del Agua. Al respecto tendrán papel fundamental Martha Ávila en el Congreso local; y a nivel de gabinete se esperan a Raúl Basulto, Valeria Cruz, Inti Muñoz, Federico Taboada, César Cravioto, Marcela Fuentes, Fernando Mercado, Heréndira Vázquez Mota, Gisella Méndez, Temistócles Villanueva, Carmen Boullosa, Jorge Sánchez Cordero, Julia Álvarez Icaza, Julieta Fierro, Lucía Álvarez, Mardonio Carballo, Armando Bartra, Gerardo Villanueva, Salvador Guerrero Chiprés, Ana Francis Mor, Ángel Chávez, Jaime Rello, … de quien hay dudas es el papel que tendría Alejandro Encinas, teniendo el malestar militar y obradorista encima de él por el desenlace que está teniendo el caso Ayotzinapa.

Contacto: [email protected]