Sabores, ilusiones, caídas hasta lo más hondo, es la vida que muestra “Vicisitudes”, un libro, que invita a disfrutar de todos los momentos, hasta de los fracasos, que son “mero crecimiento y aprendizaje”.

En cualquier parte, en cualquier párrafo, la autora, Rubria Morales, confronta al lector con sus propios miedos, sus flaquezas y reflexiones, es entonces cuando es necesario detenerse, escuchar al silencio, para después, moverse, y cruzar al otro lado.
En uno de sus relatos, la protagonista es una joven que conversa solo con su mente, las personas piensan que está loca o muda porque ella tiene miedo, no se atreve a salir de su cueva; a veces, ríe a carcajada abierta, baila, toca el piano, pero a los ojos de los demás, es una demente, siempre calla.
Tan machacante es su mutismo que tal vez, ella misma cree que es muda, hasta que impulsada por su riqueza interior, canta, canta y el propio silencio le regresa una voz bella, melodiosa; ese capítulo de su vida la transformó en maestra de canto para enseñar a niños y jóvenes a tener confianza en sí mismos, a perder el miedo y encontrar la seguridad en cualquier charla; a encontrar el equilibrio entre hablar consigo mismos, y socializar, compartir sus conocimientos, dar opiniones y disfrutar.
Los relatos ahí reunidos son una canción de amor, a la naturaleza, a esos regalos que el ser humano no ha pedido, pero tiene simplemente por existir: los bellos amaneceres y atardeceres engalanados con la presencia de “sabios árboles, nobles flores y gentiles animales”. El texto, presentado en la Biblioteca del Congreso de Guanajuato, está escrito por una joven originaria de León, que invita al lector a darse un espacio para entrar en sí mismo, a cuestionarse, replantear el camino y continuar.
Por el momento, Rubria, también artista plástica, se lanza a la conquista de las librerías independientes de su ciudad natal, ahí dejará ejemplares de su libro; sabe que la ruta es difícil, pero está lista a luchar, como siempre, a “echar todo para adelante”.