Desde el Faro

En el FIC…¡OAXACA, ARROLLADORA!

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“¿Gusta usted?”, parece decir Elidia Rodríguez Mendoza, cocinera tradicional oaxaqueña, al mostrar uno de sus guisos recién elaborados. Lo hace con la sonrisa que demuestra el placer de compartir, de convivir, con la generosidad que caracteriza a los oaxaqueños y que ha conquistado a Guanajuato y a sus visitantes.

El estado sureño ha hecho en tan solo 8 días del Festival Internacional Cervantino, lo que ninguna otra entidad federativa ha hecho en toda la historia de la llamada “Fiesta del Espíritu”, ocupar todas las plazas públicas de la ciudad, con espectáculos de elevada calidad y con acceso a toda clase de públicos. En el Jardín del Cantador, Los Pastitos, San Fernando, San Roque, Explanada de La Alhóndiga, Plaza Allende, y en el Deportivo Nieto Piña, la gente se ha divertido.

Pero también en los recintos cerrados, los oaxaqueños han estado presentes. Los teatros Juárez y Cervantes; el Templo de La Compañía, La Casa Emma Godoy, la Ex Hacienda San Gabriel de Barrera, y el Antiguo Patio Jesuita han sido testigos de ello. Un ejemplo de la calidad que el público ha percibido fue la inauguración, en La Alhóndiga, con la gran fiesta de La Guelaguetza; además, el viernes 18 se agotaron los boletos para escuchar en La Compañía al Ensamble de Estrellas Oaxaqueñas, con música de cámara, compuesta por compositores mexicanos.

Oaxaca también “se adueñó” del Museo Regional Alhóndiga de Granaditas con 4 sendas exposiciones: Tumbas Arqueológicas, Las 16 Culturas del Pueblo Afromexicano, Altar Tradicional Zapoteco, y Códices Oaxaqueños. Por supuesto que en el Museo Diego Rivera y en el Del Pueblo de Guanajuato se muestra el arte plástico de las diversas regiones que integran al gran estado del sur. Hasta la Universidad de Guanajuato, en sus diversas galerías, rinde homenaje a Francisco Toledo, el juchiteco, el artista y líder de movimientos sociales en favor del patrimonio nacional.

De acuerdo al programa oficial, al término de esta edición del Cervantino, Oaxaca habrá presentado 208 eventos, algo que ni siquiera Guanajuato, estado anfitrión, ha logrado hacer; parece que Oaxaca realiza un festival alterno al FIC.

AROMAS, SABORES, COLORIDO

Y en el interior de la Casa Oaxaca, Doña Elidia prepara el chileajo, platillo que lleva: chile costeño ( que solo se cosecha en Huajuapan de León), comino, tomate verde, orégano y carne de puerco; mientras lo hace, nos relata su historia, llena de sacrificio, sufrimiento y mucho amor, porque así es la vida de muchas mexicanas; desde niña aprendió con su mamá los secretos de la cocina, creció y a los pocos años, la jovencita tuvo que trabajar para ayudar a su madre, viuda y con 9 hijos.

Doña Elidia, ejemplo de trabajo y amor , forma parte del grupo de cocineras tradicionales, que preparan además: los tamales de chapil, el mole negro, o el mole coloradito, elaborado con cacahuate, almendra, ajonjolí, hierbas de olor, clavo, canela, plátano y ajo , entre otras suculencias. En este sitio, enclavado en un rinconcito de Guanajuato, por supuesto que también puede saborearse una buena variedad de mezcales, que los oaxaqueños no se toman de un jalón, por el contrario, los paladean, de traguito en traguito, los “besan”, como ellos dicen, como preámbulo de una buena plática.

¡Gracias, Oaxaca! Por tu presencia en el FIC.