El espacio de Escipion

Los primeros pasos de Claudia en la curva de aprendizaje

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+ Y los pasos de Clara Brugada…

+ Discutir el cambio climático, ya

15 días no son suficientes para describir cómo será el estilo, forma y fondo de un gobierno nacional, como el que encabeza la primera mujer presidenta de la República, cuanto más al haber recibido el mando en medio de la turbulencia política y legislativa más trascendental desde que inició la llamada Cuarta Transformación: la reforma al Poder Judicial Federal, que como hemos reiterado, es un ensayo de nueva Constitución sin pasar por un congreso constituyente.

Y además, en medio de una coyuntura nacional marcada por la violencia del crimen organizado, que pega a la clase política, el azote de fenómenos climatológicos que volvió a castigar a Acapulco, la ausencia de interlocutores opositores capaces de construir nuevos acuerdos políticos, y, por supuesto, un complejo escenario internacional con las elecciones presidenciales de Estados Unidos en puerta, la sostenida crisis de dos modelos políticos en Venezuela y Argentina, así como la guerra en Medio Oriente donde ya se olfatea una nueva guerra mundial, tomando posiciones el eje Rusia, China, Corea y los países musulmanes, frente al eje Israel y casi todos los países de Occidente.

Con estos elementos de la coyuntura nacional y mundial sirven para hacer los primeros trazos que distinguirán y marcarán su presidencia y, otros más que, son propios de la curva de aprendizaje de ella y su equipo.

Cuando se habla de “curva de aprendizaje” en política y en cualquier tipo de acción, a la correlación e interacción de las variables de tiempo, espacio y resultados. Se evalúa en muchos casos el ensayo-error-aprendizaje como medida para definir cómo desempeñarse y alcanzar mejor sus objetivos.

En este sentido, vamos a realizar unas primeras pinceladas de por dónde estará caminando la presidencia de Sheinbaum para el cierre del año y antes de que, en enero de 2025, ahora sí veamos cuál será su perfil de gobierno a partir de la anuncia Reforma a la Ley de la Administración Pública Federal la cual, anticipan, será la más radical reingeniería que se haya dado desde la instauración de los gobiernos emanados de la Revolución Mexicana.

En comunicación, porque es esta política atraviesa la imagen, el discurso y la relación medios-poder, se deben considera ajustes positivos: se han ido desplazando el relato de buenos y malos, de un país bicolor siendo que somos como un arcoíris; se han acotado las mañaneras a temáticos, se está poniendo a las dependencias a realizar su trabajo de difusión, aunque teniendo el riesgo de que algunos secretarios de despacho, coordinadores y funcionarios menores confundan con hacerse promoción personal (Mario Delgado y Ariadna Montiel, Omar García Harfuch y Josefina Rodríguez Zamora) y, que los miércoles se haya elegido un título policial “Detector de mentiras” para desmentir información en gran parte sobredimensionada de las redes sociodigitales, y claro, la red de comentócratas del odio en las redes que ya cumplieron su función y su momento.

En la agenda de riesgos, tanto medioambientales como de seguridad pública,  dos hechos de Guerrero colocaron en primer plano para marcar rutas propias: el azote del huracán “John” en Acapulco, a donde Claudia caminó en las zonas afectadas y abriendo el debate para revisar el cambio climático en México y, el asesinado del alcalde en Chilpancingo, que aceleró la presentación del Plan Nacional de Seguridad: la atención de las causas, la coordinación intergubernamental que involucra a gobernadores y alcaldes, el fortalecimiento de las acciones de inteligencia policial (Sistema Nacional de Inteligencia) y mayor territorialidad de la Guardia Nacional.

A este segmento, se le critican los espaldarazos a los mandatarios de Sinaloa y Guerrero. Además, cuidado, porque además del crimen de militares contra migrantes en Chiapas, se acusan detenciones de líderes sociales y la desaparición de una activista en Oaxaca, y un clima hostil a organizaciones sociales en Veracruz y Michoacán. Al respecto, el equipo político de Claudia tiene que evaluar el costo que tendría sostener a algunos mandatarios sólo por no darle la razón a la razón.

Para los asuntos de gobernabilidad democrática hay claroscuros, que no todo son su responsabilidad, porque la operación política de filigrana camina con muchos obstáculos: el principal, que los legisladores de Morena, siguen confundidos atendiendo las instrucciones dejadas por el presidente López Obrador, porque los liderazgos de Morena no están coordinándose con el equipo de la presidenta Sheinbaum.

Y si hay descoordinación y ausencia de operadores finos, los temas escabrosos como las reformas al Poder Judicial, energética, fiscal, laboral, administrativa y político electoral, en camino, generan malas señales y dificultades a quienes tienen la tarea de afianzar la certidumbre ante la comunidad económica internacional, osease Marcelo Ebrard y Rogelio Ramírez de la O.

Mientras los temas económicos con los socios comerciales y organismos internacional, la agenda internacional se complica con la presión para ir más allá de la condena al gobierno de Israel y maniobrar geopolíticamente en un ambiente tan complejo en Medio Oriente, la probable elección de Donald Trump y la prolongada crisis de Nicolás Maduro para sostenerse en la presidencia de Venezuela.

Finalmente, hay buenos mensajes respecto al sello que quiere darle Claudia a su gobierno: la recuperación de los ferrocarriles como medio de transporte masivo, la reconversión de la política medio ambiental, el ambicioso proyecto del millón de acciones de vivienda social y la apuesta por la educación pública y la investigación científica. Claro, a estos asuntos deberán sumarse rubros en salud pública y que deberán impulsarse desde la política pública como resultado de un análisis profundo sobre las mejores alternativas para resolver la problemática existente.

Claudia Sheinbaum no es improvisada, lleva la sensibilidad de los años de militancia en la izquierda y las experiencias como alcaldesa de Tlalpan y jefa de Gobierno de la Ciudad de México. El proyecto de gobierno de México, ese aún no nace, pero se asoma y son varios elementos positivos para que tenga éxito. Por cierto, ¿qué estará haciendo Andrés Manuel López Obrador?

Y los pasos de Clara BrugadaCon tino y sorpresa han sido los primeros pasos de la jefa de Gobierno en la CDMX. Con tino, un equipo que suma experiencia, lealtad y congruencia con su trayectoria de izquierda, pero con desatino porque el grupo que está llegando es cada día está más cerrado, más hermético y desconfiado. Sin embargo, un nombramiento llamó la atención porque se desconoce por qué llegó, sino reúne las características del resto del equipo: Ana María Lomelí, cuyo paso por TV Azteca y corista de la línea de Ricardo Salinas Pliego ha sido más notorio que su trayectoria ausencia como militante y diputada de Morena, además de su papel activo entre la comunidad judía en México y en pro del estado de Israel. ¿Y los comunicadores progresistas, no daban el ancho? Esperamos que “Anita” dé la sorpresa con auténtica política para la comunicación capitalina y los medios públicos de la CDMX que siguen ausentes en muchos temas.

Discutir el cambio climático, ya… Abelina López Rodríguez, la alcaldesa de Acapulco, apuntó y llamó a discutir al cambio climático tras el impacto de dos huracanes en menos de un año. La Conagua advierte de la formación de un nuevo ciclón frente a las costas de Guerrero. Acapulco vuelve a ser zona de desastre y las costas mexicanas seguirán mientras no se tomen con seriedad cartas en el asunto.

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