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El desafío del post súper martes para mexicanos y paisanos en EU

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Esta noche, si no ocurre nada extraordinario, habremos de conocer el nombre del o la nueva mandataria de los Estados Unidos de Norteamérica y con quien nuestro país, nuestros paisanos avecindados en su territorio y nuestro gobierno habrá de lidiar los próximos cuatro años.

La elección presidencial de los Estados Unidos es relevante para todos los mexicanos, los de aquí y de allá, los del otro lado de la frontera, y lo decimos retomando lugares comunes: compartimos la frontera más grande y más conflictiva del mundo, con 3 mil 169 kilómetros; nuestro Producto Interno Bruto depende en más del 50 por ciento de la relación comercial con ese país y con Canadá a través del tratado de libre comercio; lo que decidan sus gobiernos en política de seguridad hemisférica y migratoria impacta automáticamente en México, y por primera vez, la población de origen hispano (algo así como 36.2 millones de personas elegibles) en su mayoría de origen mexicano será decisiva para inclinar la balanza hacia uno u otro partido.

Millones de paisanos que viven en Estados Unidos son centrales en el aparato productivo de esa nación, pero, también su trabajo representa una de las principales fuentes de ingreso de divisas a nuestro país: tan sólo el año pasado, las remesas fueron de más de 63 mil millones de dólares, colocándose incluso por encima del petróleo, el turismo y las exportaciones automotrices, los principales baluartes de la economía nacional.

Y más que eso, la convivencia entre mexicanos y estadounidenses ha crecido de manera significativa, pues los lazos familiares son más extensos y recurrentes que las complicadas relaciones binacionales. Alrededor del 23 por ciento del total del casi 48 millones de residentes nacidos en el extranjero en 2023 son de origen mexicano, según el Pew Research Center. Siendo la minoría con un incremento en su peso político electoral, en este proceso se han convertido en la población que incidirá la decisión final, y a la que más han querido atraer los demócratas para que apoyen a la vicepresidenta Kamala Harris y los republicanos que vuelven a impulsar al controvertido ex presidente Donald Trump.

Para bien o para mal, el voto hispanoamericano es el más peleado en siete estados de los llamados determinantes: Arizona, Georgia, Wisconsin, Nevada. Pennsylvania, Carolina del Norte y Michigan, donde se han ofrecido cambios en política migratoria, laboral y de seguridad social. En ese sentido, la tendencia del sentimiento electoral confluye entre el voto de esperanza para que la población latina reciba por fin el trato justo en lo laboral y lo económico; y el voto de castigo por todas promesas no cumplidas y el trato discriminatorio, estigmatizado incluso tanto de demócratas como de republicanos.

A diferencia de la elección de 2021, este año en Estados Unidos, contra todo lo que pudiera parecernos ilógico, dado el discurso antimexicano que ha tendido a radicalizarse, Donald Trump, movería muchos votos hispanos a su favor. La razón de esta inusual tendencia sería el voto de castigo contra los 20 años de promesa de reforma migratoria de los demócratas.

En sus ofertas, los republicanos han tendido atractivos fiscales para los trabajadores “como meseros, a quienes ofrece no cobrar impuestos por las propinas; eliminar también impuesto sobre el tiempo extra y ahí también ocupan un segmento importante de los inmigrantes; así como trabajadores, de la construcción, de hostelería, y en general la planta productiva esto a fin de promover el consumo sin generar más inflación”.

En las últimas semanas, Donald Trump avanzó Arizona, Nevada y Georgia ha tenido ventajas mínimas en las encuestas y aunque sigue al frente Kamala Harris, por pequeñas diferencias, el resultado aún es impredecible como para aventurar un pronóstico.

Lo que sí es un hecho es que esta elección marcará una nueva dinámica en las relaciones de Estados Unidos con México, en particular, y con América Latina en general, lo cual tendría inevitablemente que responder a las siguientes temáticas y decisiones:

1) Una inclinación al neoproteccionismo general; en lo comercial con la revisión del T-MEC, moderadamente más con Harris;  en político, llámese limitar y contener avance de mexicoamericanos en la política y social, como lo es la contención al flujo migratorio, en lo cual coinciden ambos políticos;

2) A mantener la misma unilateralidad sobre seguridad hemisférica, aunque profundizando su radicalismo para revertir el crecimiento de los cárteles mexicanos, contener el envío de drogas -léase fentanilo- y tráfico ilegal de personas. Y sí, habrá coincidencias tanto Trump como en Harris, pero muchas diferencias gradualistas dependiendo quién obtenga el triunfo;

3) Y por supuesto, dada la crisis económica estadounidense marcar pautas claras sobre el alineamiento geopolítico de los Estados Unidos en una coyuntura complicada por la guerra en Medio Oriente, el conflicto bélico Rusia-Ucrania, el debilitamiento de la OTAN y el desafío del eje Rusia-China-Países árabes, y en el caso de América Latina: Venezuela.

Por lo pronto, esperamos que este tema, del cual anticipamos hace meses se vendría encima en la lista de temas agenda de riesgos sexenales, nuestra presidenta Claudia Sheinbaum lo hayan tomado en cuenta y esté prevenida para después de esta noche no sólo con la felicitación, sino el discurso adecuado para la nueva realidad en las relaciones México-Estados Unidos.

+ Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información de la UNAM. La Dra. Perla Olivia Rodríguez Reséndiz, fue electa por Consejo Técnico de Humanidades para ocupar dicho cargo. Doctora en Ciencias de la Documentación por la Universidad Complutense de Madrid en 2011, maestra en Ciencia Política en 2002 y licenciada en Ciencias de la Comunicación en 1992 por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Experimentada investigadora, académica y profesional que habrá de desempeñar un gran papel. Felicidades.

+Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Nuestra querida facultad también espera que en los próximos días se dé a conocer el nombre de quien ocupara la dirección. Los candidatos son Alejandro Chanona Burguete, Moisés Garduño García y Karla Valverde Viesca. A los tres le deseamos éxito, esperando pongan fin a las campañas sucias de intereses políticos externos que han querido dañar la imagen de los académicos, investigadores y estudiantes. Y sí, queremos a “Polacas” metida de lleno en el debate político nacional, más activa, más proactiva y más vanguardista.

Contacto: [email protected]