Guanajuato, Gto..- Aunque el béisbol de Guanajuato Capital cuenta con una rica tradición y práctica oficial de más de un siglo, no ha sido muy prolífico para brindar exponentes en la pelota profesional. Entre sus caudillos que han figurado en ese nivel se encontraba Ignacio Luna Yebra, quien cumple 25 años de su trágico deceso en el interior de una mina de la antigua compañía Las Torres.

De acuerdo al comunicado de prensa, Nacho Luna es muy recordado por aficionados de los setenta y ochenta del siglo pasado, por sus enormes cualidades para jugar el béisbol que lo llevaron a ser firmado por los Diablos Rojos del México y jugar en varias sucursales de equipos de la Liga Mexicana.
Pero es más recordado por conectarle aquél jonrón al mismo Fernando Valenzuela, cuando jugaba con los Tuzos de Guanajuato en la Liga Central Clase AA, mientras Nacho los hacía con los Tigres de Silao.
Fue el 26 de marzo de 1978, cuando le dio el cuadrangular de dos carreras a Valenzuela, en el segundo juego de la serie que se jugaba en Silao, como lo constatan los diarios de esa época.
Ahí Guanajuato y Silao dividieron triunfos. En el primero ganaron Tuzos 9-4, con serpentina de Julián Ortiz y en el segundo se vengó Silao 11-7, con derrota para el “Toro” en formación.
Pero Nacho Luna tuvo una larga carrera en sucursales en busca de llegar a Liga Mexicana, aunque una lesión también afectó en su objetivo.
Ignacio Luna Yebra, nació en el barrio de San Javier en 1955, de niño jugó en la ligas locales, luego en la Rielera y la Municipal. Participó en torneos nacionales y ante su destacada participación, fue recomendado por Domingo Santana para los Diablos Rojos del México, que lo firmaron para iniciar su trayecto en sucursales, con Mineros de Fresnillo, de la Liga Mexicana del Bajío clase AA.
Fue cambiado a Tigres capitalinos y jugó en la Liga Central con Tigres de Silao dirigido por Armando Murillo, coincidiendo con la época en la que Fernando Valenzuela jugó con Tuzos y ahí fue donde le conectó el jonrón.
Era jugador de cuadro, más como tercera base y en su trayecto por sucursales, jugó en la Liga Tabasqueña con Pericos de Macuspana, que dirigía Raúl Cano. En Caborca, de la liga Norte de Sonora, dirigido por Alfredo “Yaqui” Ríos, con los “Tabaqueros” de Santiago Ixcuintla, Nayarit al mando de Alfonso “Cólera” Preciado. La Liga del Bajío con el equipo de Arandas comandado por Eladio Urías, en la Liga Mayor del Centro, con Tigres de San Francisco del Rincón, dirigidos por el jonronero panameño Iván Murrell.
Al dejar el profesionalismo, jugó en la Liga Municipal, con El Cubo, Chely Oh, Toros, entre otros. Luego en Intermedia con Administrativos de la UG y su último equipo fue la Sección 274 de la compañía Minera “Las Torres”, ahí sufrió el trágico accidente, cuando comentaba que buscaba otro tipo de trabajo.
Pero el destino terminó con su vida un 7 de julio de 1999, a sus 45 años, para terminar la historia en los diamantes y en la vida misma de este brillante pelotero guanajuatense.