Desde el Faro

SAMUEL ZYMAN CON LA OSUG

Compartir

Un mexicano que engrandece a los Estados Unidos

Samuel Zyman, la OSUG y Juan Carlos Lomónaco se unieron para ofrecer un concierto memorable. Del compositor mexicano radicado en los Estados Unidos, se interpretó Fanfarría y Fantasía, obra poco escuchada en nuestro país, pero que en el Teatro Juárez se sintió como si fuera muy conocida y parte del repertorio cotidiano; al público le gustó mucho porque tiene la virtud de sacar al oyente de la rutina y lo hace sentir más humano.

La pieza solo dura unos 16 minutos, tiempo suficiente para transmitir entusiasmo y pasión, la misma pasión que Zyman comparte con sus alumnos de la afamada Escuela Juilliard de Nueva York, donde da clases de teoría musical y análisis desde hace más de 30 años. En la actualidad ha compuesto 70 obras, algunas de ellas interpretadas por los chelistas Yo Yo Ma y Carlos Prieto. Su catálogo contiene una gran variedad de géneros: música de cámara, orquestal, para cine y danza, como la que escribió para celebrar el acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno de Colombia en el 2016. La misma Fanfarria y Fantasía fue creada para conmemorar el 80 aniversario del Palacio de Bellas Artes, hace 20 años.

Hablar de Samuel Zyman sirve para insistir en la importancia del talento mexicano que fortalece a los Estados Unidos, talento que en las últimas semanas es despreciado; junto con él, también su esposa, Nancy Carrasco, contribuye todos los días al engrandecimiento del vecino país del norte, ella es una reconocida bioquímica, que da clases y es investigadora en el Albert Einstein College of Medicine. Son una pareja inigualable.

Y para darse una idea completa sobre la personalidad del amable profesor universitario, en su biografía se destaca que primero estudió medicina en la UNAM, y en el segundo año de la carrera decidió inscribirse en el Conservatorio Nacional de Música para estudiar piano y composición; terminó las dos licenciaturas, incluso, llegó a dar clases en la Facultad de Medicina, pero al final, la música atrajo toda su atención.

EL RESTO DEL PROGRAMA

La Orquesta de la Universidad de Guanajuato también interpretó los valses Emperador y El Danubio Azul, y la obertura El Murciélago, de Johan Strauss; La Obertura Festiva, de Rodolfo Halffter, y el Danzón no. 2, de Arturo Márquez.

Pero, sin duda que la música nueva creada por ese maestro universitario de buen humor, y a quien hemos dejado de escuchar en la patria, “atrapa”, como le aconteció al público que le aplaudió a rabiar y le obligó a salir 3 veces al escenario. Esa música emociona porque está creada con pasión para hacer sentirse a las personas como más seres humanos.