El espacio de Escipion

Huachicol: ¿qué historia que nos están contando y cuál será el final?

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En México, la evolución de las dinámicas políticas y criminales relacionadas con el robo de combustibles se ha desarrollado de manera constante y ascendente. La situación es compleja y su comprensión requiere considerar la transformación y sofisticación del crimen organizado, que abarca desde el narcotráfico tradicional hasta delitos de cuello blanco, así como la participación de actores protegidos políticamente, tanto nacionales como extranjeros.

Como si fuera una literatura de algún clásico de la novela negra, semana a semana, desde que Omar García Harfuch asumió responsabilidades en la política de seguridad, nos regala un capítulo y maneja la expectativa tanto en la prensa especulativa como en el consciente colectivo de qué golpe vendrá después, esperando ansiosamente que sea un político de la 4T, un empresario pesado o algún jefe-de-jefes de los grupos huachicoleros.

De esta manera, durante este periodo de gobierno federal, las redes de huachicol han resultado en el decomiso de más de 5 mil millones de litros hasta la fecha y muy pocos detenidos, y de éstos ningún “pez gordo” como dicen en el argot policial. Además, se han asegurado “mini refinerías”, plantas, almacenes, camiones y buques, depósitos de combustible a gran escala y, sobre todo, un esquema logístico, financiero y fiscal binacional que nos habla de una sofisticación y complicidades institucionales tanto en México como en Estados Unidos.

Pero ¿Qué hay detrás de esta historia que vienen contándonos en episodios que muy pocos entienden y sí genera mucha expectación mediática y le permiten a García Harfuch ocupar las primeras planas?

El fenómeno del huachicol tiene sus orígenes hace aproximadamente tres décadas; sin embargo, en los últimos tres sexenios, el robo y comercio ilegal de combustibles, principalmente gasolina y diésel, ha escalado hasta convertirse en un desafío de seguridad industrial y pública, con impactos significativos en la economía y la gobernabilidad, al punto de considerarse un asunto de seguridad nacional.

Ya no son las bandas en complicidad con ingenieros petroleros dedicados a la perforación ilegal de ductos de Pemex, ahora, el huachicol es una forma de fraude fiscal y contrabando relacionada con el comercio ilegal de combustibles, mediante maniobras contables y legales para evadir impuestos, ocultar origen o simular operaciones.

Ya no sólo es la corrupción interna en PEMEX y, como varios apuntan de su sindicato, sino la expansión del crimen organizado al más alto nivel, a tener en su operación a delincuentes de cuello blanco.

Cuando a fines del 2018 el gobierno de López Obrador implementó una estrategia frontal contra el huachicol y se generó la peor crisis de desabasto de combustible en México, se informó del cierre de ductos vulnerables, la intervención del Ejército en la vigilancia de instalaciones, una reestructuración en PEMEX y leyes más duras para castigar el robo de combustible.

Sin embargo, si bien se redujo el robo en tomas clandestinas y se detuvo al principal capo del huachicol que operaba en Puebla, Hidalgo, Querétaro y Guanajuato, aumentó el robo de pipas, se diversificaron a otros negocios ilícitos y, por si fuera poco, al llamado Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL) se le pararon los cárteles de las drogas a disputarles el mercado. Ahora no sólo el de CSRL se dedican a ello, sino también el CJNG, el CDS, el CDN, CDG, entre otros entendieron el negocio producto del encarecimiento de los combustibles, se adaptaron y fortalecieron hasta crear un “Estado paralelo” fiscal, acompañado de despojos, extorsiones, ejecuciones y operaciones clandestinas de minería, lo cual abrió el espectro para nuevos.

El entramado del huachicol es muy complejo, abarca al menos a 18 estados de la República y aunque los Estados Unidos no es el principal consumidor del huachicol mexicano, sí está implicado en exportaciones de combustibles que son desviadas o vendidas de manera ilegal en México.

Allá, según reportes, habrá juicios contra compradores y empresas distribuidoras. Sin embargo, la expectativa principal va sobre las redes políticas a donde todos miran. Las divisiones políticas en la 4T, principalmente entre mandatarios y ex mandatarios de Tabasco, Baja California, Tamaulipas y Puebla, podrían arrojar varios heridos y cadáveres políticos, metafóricamente hablando, pues hay ya no es sólo la percepción de que el gobierno estadounidense quiere sacrificios inmediatos de esa podredumbre de nuestra clase política a cambio de quitarnos los aranceles.

Y es que la sombra de la intervención policiaca o militar de EUA en la caza de los jefes y cómplices del crimen organizado mexicano está latente, por lo que ha presionado con los aranceles para que nuestro gobierno actúe con mayor celeridad y firmeza, colocándonos como país contra la pared.

En este sentido, ya vienen impuestas las agendas de cooperación con la CIA, DHS, FBI, FinCen y DEA para comparten inteligencia financiera y logística (para dar golpes más allá de las tres instituciones financieras mexicanas ya boletinadas). Y, por si fuera poco, se esperaría que consorcios de energía se sumen a la presión contra la reforma energética por falta de garantías jurídicas y violaciones al T-MEC.

Las dudas sobre lo que vendrá después crecen, pues lo hecho hasta ahora por el gobierno de Claudia Sheinbaum no termina por satisfacer a Donald Trump, quien ha reiterado que los cárteles mexicanos se han transformado y el tráfico de fentanilo tiene dos apalancamientos el huachicol y el lavado de dinero. 

¿Y qué opinan los inversionistas extranjeros al respecto que operan la comercialización de combustibles?, ¿se van o se quedan si es que ya es tan evidente la competencia desleal con los millonarios empresarios del huachicol?, ¿sigue siendo negocio el mercado mexicano de los combustibles?, ¿y si alguna de las transnacionales participa en algún tipo de huachicol cómo actuará el gobierno mexicano?,¿qué protocolos de control anticorrupción y antihuachicol realiza la Comisión Reguladora de Energía que ha dado permisos “exprés”?

Así que como se dice en las novelas por entregas, las historietas y series de streaming, esta historia continuará… no se la pierdan, porque habrá vencedores, vencidos, buenos y malos, claras y oscuras explicaciones.

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