Que la Sala de Prensa del FIC, lleve tu nombre: Huemanzin. Es una petición.
Conociste a Guanajuato y lo quisiste, desde niño, cuando veías por televisión los espectáculos del FIC; y luego, a los 20 años, luego de ser contratado por Canal 22, dijiste a tus padres: “mi objetivo es ir como reportero al Cervantino” y en 1996 lograste tu deseo, era la edición 24 del festival, y desde entonces demostraste que la información del evento “es un reto físico, emocional, comunicativo, además, un enorme placer”.

Anécdotas en torno a la ciudad y al festival, viviste muchas, tú mismo las comentas en la entrevista que Leticia Sánchez Medel te hizo para un libro editado en el 2012. Recuerdas que una noche, después de “cubrir” los espectáculos del día, gozaste de lo lindo, ( y ¿quién no sería tan feliz?) al bailar en La Dama de las Camelias con las integrantes del Ballet Nacional de Cuba. También mencionas la charla informal con Wim Mertens, el músico belga, con más de 84 grabaciones.
Aunque no fue tu propósito, en esa plática con la colega Sánchez Medel, das una lección para todo comunicador cultural: “en un festival como este, que dura 3 semanas hay un desgaste mental y corporal, porque no se pueden describir los espectáculos si no los vives”.
“También hay un esfuerzo intelectual pues no basta con ver una obra, o conocer a los artistas que la interpretan, se necesita más para entender y gozar mejor, por ejemplo: tener conocimientos básicos de la historia del arte, y conocer la cultura de los países participantes”, es decir estimado “Hue”, para ti, los boletines oficiales no eran tan importantes, como lo son ahora para muchos reporteros.
En muchas de tus conversaciones, la palabra “ Guanajuato“ estaba presente, tanto para mencionar que es una ciudad conservadora que recibe con el FIC una idea de la cultura universal; o también para reconocer que “lo más importante es descubrir la cantidad enorme de amistades generadas aquí, con sus habitantes, en la universidad, o con los artistas nacionales o extranjeros”.
Muchas fueron tus inquietudes, como la falta de un centro de documentación del Cervantino, o la carencia de una carrera de artes escénicas en la UG; ambos anhelos ya existen, tal vez te escucharon algunas autoridades.
Ya no viniste el año pasado, habrías visto el desorden en la programación ; ahora, te habrías alarmado con algunas inconsistencias en el programa de este año, porque tú quisiste mucho a Guanajuato y a su festival.
Por ese cariño a la ciudad y a su gente, la propuesta es que la Sala de Prensa del Festival Cervantino, lleve tu nombre, así, con letras grandes: HUEMANZIN RODRIGUEZ.