Ambos investigadores eméritos, han entregado buena parte de sus vidas a la comprensión de las dinámicas sociales pasadas y presentes
- En la 36 FILAH, fueron reconocidos por sus largas trayectorias en la antropología social y la arqueología de Oaxaca, respectivamente
- Los eméritos, dijo el titular del INAH, Omar Vázquez Herrera, han entregado sus vidas a la comprensión de las dinámicas sociales pasadas y presentes
CDMX.- En el Museo Nacional de Antropología, donde los aplausos ininterrumpidos constataron un agradecimiento infinito, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) rindió homenaje al etnólogo y antropólogo social Moisés Leonel Durán Solís, y al arqueólogo Marcus Cole Winter Ballard, por sus invaluables trayectorias y aportaciones a las ciencias antropológicas, al patrimonio cultural y a la visibilización y resistencia de las culturas originarias de México.

De acuerdo al comunicado de prensa, ambos investigadores eméritos, expresó el director general del INAH, Joel Omar Vázquez Herrera, han entregado buena parte de sus vidas a la comprensión de las dinámicas sociales pasadas y presentes. En el caso de Marcus Winter, documentando los sitios prehispánicos de los Valles, la Mixteca Alta y la Costa de Oaxaca; en tanto, Leonel Durán es un antropólogo que atiende a las realidades de los pueblos indígenas, desde una visión universal de lo humano.
En el acto, celebrado en la 36 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), el titular de la institución recordó que una de las primeras peticiones que tuvo en su anterior cargo, la dirección del Centro INAH Oaxaca, fue apoyar la designación de Winter Ballard como coordinador de la Sección de Arqueología, muestra de su ímpetu en el gabinete y en el campo.
Enfatizó que Marcus Winter (Boston, MA, E.U, 1943), como fundador del otrora Centro Regional, es juez y parte de la evolución del INAH en dicha entidad, caracterizándose por realizar una “arqueología social” que, aprovechando la organización civil de los pueblos oaxaqueños, busca el acercamiento de las comunidades con los testimonios de sus predecesoras, haciéndolas partícipes de sus exploraciones y hallazgos.
Al respecto, el homenajeado expuso que, en los últimos 100 años, la investigación arqueológica se ha guiado por dos enfoques: el histórico, interesado en la definición de áreas culturales y secuencias cronológicas; y el antropológico, derivado de la “nueva arqueología” de la década 1960, la cual argumenta que esta disciplina debe ser antropología y ciencia, además de centrarse en los orígenes de las plantas domesticadas y la vida sedentaria.
Aprovechó la ocasión para cuestionar algunas interpretaciones sobre los orígenes de la capital zapoteca de Monte Albán, entre ellas, que fue fundada por pobladores de Monte Negro, en realidad –anotó–, se erigió dos siglos antes que la ciudad de la Mixteca Alta, por gente del Valle de Oaxaca.
En lo que respecta a la Tumba 7, hallada en 1932, por Alfonso Caso, Winter también consideró que, tanto los restos óseos en su interior, que integraban bultos mortuorios, como su rica ofrenda, son zapotecos, y no corresponden a una reocupación por parte de los mixtecos, como se creía: “Los huesos y los numerosos objetos parecen constituir un verdadero tesoro familiar que fue depositado en el lugar de los ancestros, y los ancestros eran zapotecos”.
Por su parte, el homenajeado Leonel Durán (Chihuahua, 1931), reflexionó sobre el significado de ser mexicano “en un mundo que se está transformando en una sola humanidad, una acepción que nos une a todos, que no admite diferencias étnicas” y, que dijo, fue resultado de un proceso histórico que buscó darnos rostro, herencia e identidad, a través de instituciones como el Museo Nacional, fundado hace dos siglos, el antecedente directo del Museo Nacional de Antropología.
“El INAH también tiene su raíz y esta es la visión de muchos mexicanos, pero de uno en particular: Lázaro Cárdenas del Río, a quien se debe además el Instituto Politécnico Nacional, cuyo Departamento de Antropología fue germen de la Escuela Nacional de Antropología e Historia”, señaló el antropólogo, a quien le unió una amistad con el expresidente y su hijo, Cuauhtémoc Cárdenas, este último presente en el reconocimiento.
Su discurso fue un llamado a defender estas instituciones que son sustento de la ciencia y la cultura de México: “Es difícil construir organismos de este calibre, y su destrucción también hace desaparecer oportunidades”, encomió el etnólogo.
En ese sentido, el titular de la Unidad de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad, de la Secretaría de Cultura, Diego Prieto Hernández, indicó que intentará retomar varios de los objetivos de las Unidades Regionales de Culturas Populares, proyecto que Leonel Durán, junto con Rodolfo Stavenhagen, impulsó a finales de la década de 1970.
“Vamos a rescatar ese legado, a poner como prioridades las ‘5 recuperaciones’, como las ha llamado Leonel: de la palabra, la memoria, el territorio, el conocimiento y la identidad. Esa convicción de que, sin acción cultural transformadora, y desde los barrios, los pueblos, las culturas juveniles y urbanas, no hay cambio social”, finalizó.
En su edición 36, la FILAH ofrece más de 400 actividades gratuitas, para todos los públicos. Consulta el programa en este enlace: www.feriadelibro.inah.gob.mx.