Separadas por el océano Atlántico, pero cercanas por la sociedad pluriétnica y plurilingüística que las distingue, México y Costa de Marfil
- Una mesa con expertos del país invitado de la feria editorial abrió el III Foro “Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas”
- De forma experimental, una decena de lenguas indígenas mayoritarias de la nación africana, donde se hablan 60, se imparten en escuelas primarias
CDMX.- Con 68 y 60 lenguas indígenas, respectivamente, México y Costa de Marfil comparten retos para revitalizar el plurilingüismo en sus territorios. En ambos casos, la invasión extranjera ocasionó el desplazamiento de lenguas nativas, por el español y el francés; no obstante, estos países impulsan la adopción de políticas públicas para visibilizar y dar cauces a la situación.

De acuerdo al comunicado de prensa, una mesa de debate con expertos de Côte d’Ivore, país invitado de la 36 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), abrió el III Foro “Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas”, actividad que se suma a la iniciativa global proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para el periodo 2022-2032, y liderada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Separadas por el océano Atlántico, pero cercanas por la sociedad pluriétnica y plurilingüística que las distingue, México y Costa de Marfil, expresó la coordinadora nacional de Antropología, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Paloma Bonfil Sánchez, conllevan una historia de resistencias y resiliencias culturales, y una apuesta vigente por la recuperación de sus lenguas indígenas.
Como explicó el consejero técnico del Ministerio de Cultura de la República de Costa de Marfil, Koffi Tougbo, África experimentó la esclavitud por parte de los árabes y después la trata trasatlántica, fenómenos que impactaron sobremanera los universos culturales endógenos. Asimismo, la colonización desintegró tradiciones y elementos base de sus culturas, como las lenguas nativas.
“En África se han contabilizado, aproximadamente, 3,000 lenguas, o sea, una tercera parte del patrimonio lingüístico del orbe. Desde hace 50 años, el gobierno de la República de Costa de Marfil, por medio del Ministerio de Cultura, realiza esfuerzos para poner a sus lenguas originarias en términos de igualdad, protegiéndolas mediante su codificación y transcripción.
“Hoy tenemos la alfabetización funcional y, en algunas escuelas primarias, tenemos una decena de lenguas que se imparten como materia, de forma experimental. Tenemos 60 en el país, y hemos escogido tres de cada región, para su enseñanza; existen cuatro grandes grupos lingüísticos, pertenecientes a la familia nigero-congoleña: kwa (sur), mandé (noroeste y oeste), gur (norte) y kru (suroeste), y por cada uno hemos optado por las lenguas mayoritarias.
“Hay resultados excelentes, los niños que aprenden las lenguas maternas locales obtienen resultados por arriba del promedio, con respecto a aquellos que solo aprenden el francés. Ese ha sido el camino hacia la toma de conciencia, para la revitalización de las lenguas como expresión de nuestras culturas”, señaló el también maestro en estudios lusófonos en la Universidad de Abiyán-Cocody.
Al respecto, el profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Colima, Lazare Flan Goualo, precisó que tres factores coinciden en los dos países: la primera, la pérdida de hablantes de lenguas originarias por la escasa transmisión generacional, la globalización y la subsecuente migración de zonas rurales a urbanas.
El segundo, la discriminación y estigmatización de sus hablantes, lo que repercute en el abandono voluntario del ejercicio de su lengua, como signo de identidad cultural; y tercero, la ineficacia de políticas públicas en la materia, que se traduce en la desprotección de los derechos lingüísticos.
Pese a ello, estableció que ha observado una diferencia en esas realidades. “En África, y en Costa de Marfil en particular, la persona no se avergüenza porque se le identifica a partir de su origen: yo soy de tal pueblo, donde se habla tal idioma”.
Para el profesor-investigador de la Universidad de Guadalajara, Brahiman Saganogo, el desplazamiento por los llamados idiomas oficiales ha convertido a las lenguas indígenas en un enigma, el cual, dijo, se refuerza por la falta de anotación gráfica de muchas de ellas, que permita su enseñanza y reproducción; desventaja que aumenta al no poder involucrarse en canales de comunicación digitales.