PRESENTAN EN LA FILAH NUEVO LIBRO DE LOS ARQUEÓLOGOS EDUARDO MATOS Y LEONARDO LÓPEZ LUJÁN

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La publicación, que evoca los antecedentes de dicha disciplina en el país, fue galardonada con el Premio Antonio García Cubas

  • Arqueología mexicana. Sus orígenes y proyecciones abrió la jornada inaugural de feria librera que se realiza en el Museo Nacional de Antropología
  • La publicación, que evoca los antecedentes de dicha disciplina en el país, fue galardonada con el Premio Antonio García Cubas

CDMX.- CUn viaje a épocas lejanas, cuando más que arqueólogos y antropólogos hubo anticuarios, exploradores, soldados e, incluso, sacerdotes que se adentraron en selvas y desiertos para elaborar los primeros registros de grandes urbes antiguas, como Teotihuacan, El Tajín, Palenque o Xochicalco, es el que brinda el libro Arqueología mexicana. Sus orígenes y proyecciones (2024).

De acuerdo al comunicado de prensa, la novedad editorial fue dada a conocer el 18 de septiembre de 2025, en la jornada inaugural de la 36 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), por sus autores, Eduardo Matos Moctezuma y Leonardo López Luján, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Al brindar un panorama general del texto, Matos Moctezuma señaló que este tiene que ver con momentos clave de su disciplina, como aquel “renacer de los dioses”, ocurrido en 1790, cuando diversas obras públicas, emprendidas en la Plaza Mayor de la Ciudad de México, por órdenes del virrey Juan Vicente de Güemes, segundo Conde de Revillagigedo, sacaron a la luz dos grandes monolitos que hasta hoy son admirados por propios y extraños: la Piedra del Sol y la Coatlicue.

El investigador emérito del INAH enfatizó cómo, a partir de testimonios recopilados en el libro, como los del religioso Benito María Moxó o del científico Alexander von Humboldt, se sabe del tratamiento diferenciado que tuvieron ambas piezas.

Por una parte, aunó el autor de Muerte al filo de obsidiana, la Piedra del Sol fue destacada por la propia Corona española, a fin de mostrar ante sus rivales políticos que su conquista en tierras americanas había sido sobre civilizaciones avanzadas y no encima de pueblos bárbaros, como ingleses y franceses acusaban; en contraste, la Coatlicue fue aislada y luego reenterrada, pues numerosos indígenas se adentraban por las tardes y noches al patio de la Universidad Pontificia, donde se le resguardaba, para encender cirios y colocar ofrendas a sus pies.

En su intervención, López Luján evocó otra de las historias incluidas en la publicación, la del capitán de dragones Guillermo Dupaix, quien, enrolado en las milicias españolas, llegó a tierras mexicanas con la misión personal de construir “un museo de papel”, a pesar del costo que esto tuvo en su carrera.

Lo anterior, dijo, se infiere también desde las fuentes documentales, toda vez que en correspondencia del Archivo General de la Nación se puede conocer la opinión que los superiores de Dupaix tenían de él, al calificarlo como indiferente y mediocre.

“Y no es que fuera apático, antes bien, su interés auténtico no era la milicia, sino la exploración arqueológica. Dupaix, acompañado de guías indígenas locales, fue uno de los primeros europeos en documentar sitios arqueológicos de nuestro país, como Cempoala, Xochicalco y Mitla”, explicó el investigador.

Cabe destacar que, previo a su presentación, Arqueología mexicana. Sus orígenes y proyecciones, editado por El Colegio Nacional, fue reconocido con el Premio Antonio García Cubas a la excelencia editorial, en la categoría de Obra Científica.

El jurado del galardón dictaminó como trascendente no solo a la información aportada por los arqueólogos, sino también la edición del mismo, a cargo de Jorge Sánchez y Gándara, y su diseño, por parte de Alejandra Guerrero Esperón.

La obra es, desde su componente visual, un homenaje a los libros, gacetas, cartas, hojas volantes y publicaciones periódicas decimonónicas, o incluso virreinales, en las que aquellos eruditos y pioneros dieron a conocer sus investigaciones.

Se incluyen, por ejemplo, imágenes de manuscritos creados en el siglo XVIII, por José Antonio Alzate y Ramírez, y dibujos de piezas prehispánicas o sitios arqueológicos, elaborados en el siglo XIX, por Guillermo Dupaix, o pintores como José María Velasco.

En su edición 36, la FILAH ofrece más de 400 actividades gratuitas, para todos los públicos. Consulta el programa en este enlace: www.feriadelibro.inah.gob.mx.