“A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios”.
Jaime Sabines
Guanajuato es una ciudad que canaliza muchas energías que vienen desde tiempos antiguos, dado que el otro Guanajuato enterrado da cuenta de casas antiguas llenas de almas o espíritus establecen contacto con las personas vivas que viven, pasean o turistean por este mágico lugar. Y digo que es mágico porque recientemente los sucesos inesperados e inexplicables se manifiestan de formas misteriosas. Además, como es sabido, aquí también nuestros seres queridos siguen pendientes de nosotros, sea o no sea Día de Muertos, porque aquí todos esos espíritus conviven con esos otros y con nosotros.

El pasado fin de semana, después de un insomnio incontenible, desperté tarde. Mi esposo Hugo estaba en el sillón viendo la TV, lo noté inquieto porque no centraba su atención en la pantalla, me miraba como queriéndome decir algo. Yo en mi mente pensé que algo le habría pasado a su familia o a la mía, pero como dicen los que saben: “las noticias malas tienen alas”, y si así hubiera sido, él me hubiera despertado para comunicarme lo pertinente, pero no, estaba nervioso se esforzaba por parecer tranquilo, así que le pregunté: ¿qué te pasa?, y él me dijo: no vas a creer lo que me pasó hoy temprano cuando salí a barrer la banqueta. Y comenzó a narrarme lo sucedido.
“Te juro que nunca lo hubiera creído, sé que cuentas las historias de terror de las personas de Guanajuato y lo que les ha pasado y pasa aún hoy, sabes que las cosas paranormales no son de mi afición, pero mira, lo que me pasó hoy es increíble, y no sé por qué a mí.
Estaba barriendo las hojas de los árboles que se juntaron anoche por el viento y los remolinos que se hacen aquí afuera, decidí, después de barrer, regar para que las hojas se quedaran en el piso y no se fueran abajo del carro. Te juro que metí la escoba cerca de la maceta de la entrada, puse la manguera afuera, fui a abrir la llave del agua, regué vi claramente que la banqueta estaba limpia, satisfecho por mi labor cerré la llave, y cuando volteé ya para entrar a la casa estaba ahí, donde acababa de regar, un billete de 100 pesos. No es posible, te juro que terminé de regar, vi mi tarea terminada y ahí no había nada”.
Extrañada y sorprendida por el hecho, me quedé callada un momento y sólo atiné a decirle que tal vez su papá, Don Pedro, fallecido hace 14 años le había venido a dejar una ayuda ante la situación que estamos viviendo ahora. Hugo, incrédulo, me dijo que le parecía imposible, yo le dije: entonces dame otra explicación si casi casi se materializó ante tus ojos, además tu preocupación es energía que se muestra en otras dimensiones y fue una llamada de ayuda a él, o igual te lo dejó por tu próximo cumpleaños.
Hugo se quedó pensativo, sólo le dije: acéptalo, es un regalo. Y sonrió. Lo abracé y le di un tierno beso.
Dicen los que saben que la humanidad realmente, en sentido espiritual, se centra en las energías que se canalizan por medio de las intenciones que cuando se acompañan con emociones se vuelven más intensan y fuertes. Yo estoy segura que esto es lo que pasó con Hugo, quien, aunque no cree mucho en los paranormal, incluso por lo que le ha pasado, ha estado en estos días muy preocupado en ayudar a su hermano, a su mamá, a Alex, a mí, al Fantomas, él sabe que estas cosas existen, así mismito como existe Dios: invisible, pero presentes siempre.
¿Quieres conocer este lugar? Ven, lee y anda Guanajuato.