Encontrar personas que sigan y sientan tus mismos miedos al poder asomarse a ese otro mundo que convive con nosotros y que comprenda lo que es tener un don que puede ver a esos “otros”, es realmente peculiar, porque sí, queridos lectores, los que hemos visto -no sabemos porqué razón- a fantasmas, espectros, duendes, espíritus y demás sabemos lo que se siente el verdadero horror.

Guanajuato es una ciudad que es un mosaico de almas que coinciden en sus casonas, calles y callejones, pero no sólo es este espacio el que muestra esos otros mundos, en toda esta dimensión que es nuestro planeta diferentes culturas han dado cuenta de la existencia de otros espacios que se cruzan con nuestra realidad.
Esta semana me he encontrado con una persona tímida que ve y siente presencias del mundo elemental y de otras dimensiones. Lo he encontrado en la ciudad de León, cercana a Guanajuato capital. Él es un ser humano que ha sufrido a lo largo de su vida, incluso ha tenido una segunda familia que lo acogió y que le creyó lo que desde niño ha visto y que su familia original no le creía. Lo valioso es que aún conserva ese don de ver lo que la mayoría no pueden ver, desde chaneques, porque ha vivido en Yucatán, Tabasco, en la zona sur del país, hasta seres sombra que, en Tamaulipas, de donde es originario, lo perseguían en su niñez y adolescencia. Ahora que vive aquí en el bajío ha encontrado que hay seres diversos que se aparecen incluso delante de su esposa o amigos. Él me cuenta que incluso sus propios amigos no han querido convivir ya con él porque siempre pasa algo desafortunado cuando se reúnen, él piensa que esos seres sombra son espíritus descarnados que lo quieren tener cerca y aislado del contacto humano amoroso para que siga -como cuando niño- atormentado, pero ahora no por sus padres, sino por esos entes que lo quieren para él.
Yo le digo que a esos seres lo persiguen porque él tiene ascendencia de brujo, y sí, me dice que su abuela y bisabuela eran personas que se dedicaban a curar a las personas con pócimas y con la energía de las manos y de las hierbas, ese conocimiento sin duda él lo tiene por sangre, por eso la fortuna de poder ver esos otros mundos donde las energías son la moneda de cambio y los recursos de la tierra, el agua, la madera, el éter, el fuego, el aire, y que pocos podemos comprender, los puede él usar para el bien o para el mal.
Me dice que él sabe que tiene ese poder energético de ayudar a los demás, pero que no lo quiere aceptar por temor a los demonios que puedan aparecer. Dicen los que saben que si tratas con respeto a esos demonios te dejan de espantar, dejan de querer hacerte daño, porque al final de cuentas son almas condenadas a vagar por todas esas luces y oscuridades que encuentran en los diferentes lugares que contienen energías preciosas en espíritus, en bondad, o incluso en maldad. Comprenderlas es sin duda un reto muy difícil y no es para cualquiera y él no es cualquiera es uno de los iluminados con la sabiduría ancestral.
Le pedí que si podía contar su historia, y él me dijo que sí, que no dijera su nombre terrenal sino ese nombre que en sueños le dijeron, ese nombre con el que puede acceder a cada uno de sus dones que viene desde lo más profundo de su ser, donde se encuentra con sus antepasados quienes le dan la fuerza que le viene desde los huesos hasta estar a flor de piel: Thunder T.
Antes de despedirme de él, le pedí que se diera la oportunidad de pensar y repensar si ese don de ver lo que otros no ven y de curar esas enfermedades que son meramente energéticas, puede usarlo, le dije que ojalá después de esa introspección, pueda ver la maravilla que es tener lo que sus ancestros le han legado, y así aceptar su esencia y dejar que las energías en él fluyan para de esta manera su vida terrenal, aquí, le sea más tranquila, sin negar lo que es, y el poder que le ha sido heredado.
¿Quieres conocerlo? aunque él es tímido, podrá ver si vienes acompañado por algún ser o espíritu y ver qué intenciones tiene para contigo.
Ven, lee y anda Guanajuato.