Guanajuato, Gto. La Presidenta Municipal de Guanajuato, Samantha Smith reconoció públicamente a la comunidad de Santa Rosa de Lima por su invaluable labor en la preservación de una de las tradiciones más antiguas y representativas del municipio: la representación de la Toma de la Alhóndiga de Granaditas por los Indios Tejocoteros, que este año celebra su 91 aniversario.
En el corazón de la Sierra de Santa Rosa, Samantha Smith, entregó un reconocimiento oficial a las y los habitantes de la comunidad por mantener viva esta expresión cultural, que forma parte del patrimonio y la identidad del pueblo guanajuatense.

“Esta es una de las celebraciones más esperadas y más emblemáticas en nuestra ciudad. Son 91 años de transmitir una lección viva de identidad, de coraje y de memoria. Su esfuerzo es un ejemplo de amor por la historia y de orgullo por nuestras raíces”, expresó la presidenta, rodeada por vecinas y vecinos que año con año dan vida a esta representación.
La alcaldesa también comentó que se ha solicitado a la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo que esta tradición sea declarada como Patrimonio Cultural Intangible de Guanajuato, en reconocimiento al valor histórico, educativo y simbólico que representa para el estado y el país.
Durante la ceremonia, Samantha Smith dio un mensaje ante los invitados de honor de la ciudad hermana de Toledo, España, quienes fueron testigos de esta tradición que trasciende generaciones.
“Cada paso que se da hoy, cada tambor y cada cañonazo nos recuerdan de dónde venimos. Esta celebración nos une como comunidad, nos conecta con nuestra historia y nos llena de identidad”, agregó.
Por su parte, el director general de Cultura y Educación, Juan Antonio López García, subrayó la importancia de esta representación como una lección viva de historia y una forma de resistencia cultural.

“Esta tradición honra a quienes lucharon por nuestra independencia. Es un acto colectivo contra el olvido y un testimonio del orgullo de ser parte de esta sierra. La representación tiene un profundo valor cívico y comunitario”, señaló.
El director también recordó que la tradición se remonta a 1864, cuando fue organizada como bienvenida al emperador Maximiliano de Habsburgo, y retomada formalmente en 1934 por un grupo de mineros cooperativistas de la zona.
Hoy, casi un siglo después, entre el humo de los fusiles, el entusiasmo, y el respeto solemne a los héroes de la independencia, Santa Rosa de Lima volvió a demostrar que su espíritu tejocotero sigue intacto.