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Gracias a “¡Viva María!” Guanajuato hizo suyo el recuerdo de Brigitte Bardot

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Brigitte Bardot pisó calles y plazas de Guanajuato. A la manera del hermoso navío de Charles Baudelaire. La icónica actriz francesa y ferviente activista por los derechos de los animales, falleció este 28 de diciembre de 2025 a los 91 años en su casa de Saint-Tropez.

Fue ícono de belleza y sensualidad, con ideales contrastantes, que dejó en Guanajuato un recuerdo imborrable cuando en ella se filmó una parte de la película ¡Viva María!, cinta que permitió a los santafesinos conocerla, así como a la actriz Jeanne Moreau y el director Luis Malle.

Es una cinta que marcó el hito de la versión extranjera de la revolución mexicana vista desde fuera.

Una estrella que se convirtió en leyenda

Bardot saltó a la fama con Y Dios creó a la mujer en 1956. Su talento, personalidad y belleza la convirtieron en un ícono de la pantalla grande, pero sus ideas le forjaron imagen de libertad femenina.

En la pantalla y en la vida real, rechazó las normas y desafió los códigos de la feminidad. Musa, actriz y cantante, se convirtió en un fenómeno global y un símbolo para toda una generación.

Feminista crítica

Crítica del feminismo formal, Brigitte Bardot lo ejerció con sus acciones. En 1973, a los 39 años, abandonó definitivamente la industria cinematográfica para dedicarse a la defensa de los derechos de los animales. Creó la Fundación Brigitte Bardot, una de las más influyentes de Europa en este ámbito. Sin embargo, en sus últimos años tuvo posturas muy cercanas al conservadurismo, con declaraciones anti migrantes.

Ciudad escenario

Antes de ¡Viva María!, la ciudad de Guanajuato comenzaba a ser vista como escenario fílmico de carácter nacional. Sus habitantes habían presenciado o participado como extras en películas como ¡Viva México! (Miguel Contreras, 1934), Flor Silvestre (1943) y Bugambilia (1944) —ambas dirigidas por Emilio “Indio” Fernández—, Él (Luis Buñuel, 1952), Juan Sin Miedo (Gilberto Gazcón, 1961) y El Tigre de Guanajuato (Rafael Baledón, 1965). La última fue un western nada “revolucionario”, donde Rafael Baledón supo sacar provecho a un samurái que brilló en el cine mexicano: Noé Murayama.

¡Viva Brigitte Bardot!

¡Viva María! se filmó de manera íntegra en México, en Guanajuato y Tepoztlán y Cuernavaca, aunque se aprecian algunos parajes de Cuautla, Oaxtepec, Cocoyoc y Tlayacapan, con las dos máximas estrellas del cine francés: Jeanne Moreau y Brigitte Bardot, acompañadas del estadunidense George Hamilton y los actores mexicanos: Claudio Brook, Carlos López Moctezuma, Adriana Roel, Armando Acosta, José Ángel Espinoza “Ferrusquilla», Carlos Riquelme, Ramón Bugarini, entre otros; así como los españoles afincados en México: José Baviera y Francisco Reiguera, y Fernando Wagner. La cinta fue producida por Oscar Dancigers y coescrita por Jean-Claude Carriere, ligados a la obra de Buñuel y la fotografía, música y vestuario, a cargo de los prestigiosos: Henri Decae, Georges Delerue y Pierre Cardin, respectivamente. Los asistentes de realización de Louis Malle fueron: Volker Schlöndorff, Juan Luis Buñuel y Manuel Muñoz.

Plaza de la Paz, Plaza de San Fernando y Plaza del Baratillo son en la cinta escenarios bélicos en donde las dos mujeres se involucran en la lucha revolucionaria en ese país “centroamericano” llamado “San Miguel”. Su osadía las lleva a estar a punto de ser fusiladas en el patio del exconvento jesuita, una de las actuales sedes de la Universidad de Guanajuato. Un emotivo rescate de última hora le da el toque dramático a una cinta que comenzó a ser rodada en el estado de Morelos, pero remató en un Guanajuato que se modernizaba y estaba de estreno con su flamante Calle Subterránea.

Una María irlandesa se enamora de un guapo líder revolucionario (Hamilton) y, sin proponérselo, se une a otra María, una cantante de circo que casualmente pasa por el pueblo. Ambas se ven implicadas en una revuelta campesina contra la opresión en plena época revolucionaria, y de manera anacrónica aparece la Santa Inquisición. La película es simpática, curiosa y en exceso folclorista; una suerte de western-musical y comedia de ambiente revolucionario tan sólo para lucimiento de las dos estrellas, quienes terminan cantando en español arropadas con bellos trajes de tehuanas y colaborando con la causa de los rebeldes oprimidos.

Para evitar los problemas de censura que con frecuencia se daban en los rodajes mexicanos por aquellos años, la trama se ambientaba en el país imaginario de San Miguel que a todas luces se trataba de México con sus pintorescos paisajes, ropa y comida típica. La mayoría de los mexicanos, una vez más, eran vistos como personajes atrabancados, escandalosos, simpáticos y/o sumisos y sobre todo, nobles en el fondo, fascinados con las ocurrencias y extravagancias de las bellas rubias llamadas ambas María.

El rodaje en Guanajuato causó revuelo entre sus habitantes. La cinta proyectó a la ciudad en el plano internacional y es un referente para el estudio de la historia de Guanajuato como espacio para el cine.

Semilla sembrada

El tema de los extranjeros que salvan a un país que no es el suyo, pero con filmación en Guanajuato, continuó con La Ira de Dios (The wrath of God, Estados Unidos, 1972), dirigida por Ralph Nelson. En este caso las locaciones fueron los alrededores de la ciudad. Muy diferente fue con Robert Rodríguez en Érase una vez en México (Once upon a time in Mexico, Estados Unidos, 2003).

Antes que el 007, esta cinta ofreció la escena de día de muertos con la Plaza de la Paz como inigualable escenario, con una magistral actuación de las y los extras. El antiguo Congreso del Estado es el escenario central sin demeritar a la Universidad. La toma de los tres protagonistas al pie de la escalinata universitaria es épica. El combate en Plaza de la Paz recordó el de ¡Viva María!.

El recuerdo

La cinta actuada por BB generó conciencia política y despertó erotismos en el mundo. Mitificó más aún a ese exótico Mexique de hombres de grito y sombrero grande. Fue la oportunidad de hacer lucir, mediante sugerente y luego escandalizante strep tease, la belleza de dos grandes divas de su tiempo y circunstancia y contribuir a forjar la proyección internacional de una ciudad con una arquitectura muy hispana, pero con su inigualable toque mexicano.

El paso de la Bardot por Guanajuato lleva a la evocación de “El Hermoso Navío” de “Las Flores del Mal”:

Quand tu vas balayant l’air de ta jupe large,
Tu fais l’effet d’un beau vaisseau qui prend le large,
Chargé de toile, et va roulant
Suivant un rhythme doux, et paresseux, et lent.

Cuando barres el aire con tus faldas amplias,
Produces el efecto de un hermoso navío haciéndose a la mar,
Desplegado el velamen, y que va rolando
Siguiendo un ritmo dulce, y perezoso, y lento.