Dos de cada diez mujeres la han padecido: INEGI
Laura Lucía Romero Mireles


La Organización de las Naciones Unidas ha señalado que, de las violencias, la que ha crecido de manera exponencial es la digital, afirmó Rosa Jiménez Rodea, profesora y directora del Seminario de Derecho Internacional, turno vespertino, de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en 2024 el 22 % de las mujeres usuarias de internet en México han padecido violencia digital: 10.6 millones de ellas, una de cada cinco, han sido víctimas, detalló en la mesa de diálogo “Juventudes: violencia de género en redes sociales y la inteligencia artificial (IA)”.
En el encuentro, organizado por el Programa Universitario de Derechos Humanos (PUDH) en el marco del 25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la académica consideró que estamos en una situación muy peligrosa.
La violencia digital ha generado grandes problemas, y no sólo para las mujeres. Todas las personas, sin importar el sexo o género, pueden ser víctimas de ese fenómeno que tiene efectos constantes y perdurables en la autoestima y seguridad de las personas, opinó.
La universitaria advirtió que a veces no tenemos conocimiento de lo que puede ocurrir cuando compartimos una fotografía en las redes, por ejemplo. “Una vez ahí, las imágenes se quedan”.
En la mesa, moderada por Rubén Francisco Pérez Sánchez, el investigador del PUDH mencionó que estamos inmersos en un mundo digital: unos de manera consciente, otros no, “lo cual es más riesgoso”. Vivimos una revolución de la información en los espacios digitales, y aunque en principio hay normas para publicar, hay que preguntarse si la normatividad funciona.
Jóvenes alumnas y alumnos universitarios expresaron sus opiniones y ofrecieron propuestas en torno a esta temática. Ishkra Mallinali Palomares Macedo señaló que la IA también está “cargada de datos históricos, pero venimos de una historia de subrepresentación e invisibilización femenina, de violencia normalizada y de roles de género, y hay sesgos en esta tecnología”.
Algo preocupante de la violencia digital y de género es que vemos a muchos niños, niñas y adolescentes consumiendo contenido desde muy pequeños, y se vuelven fáciles de influenciar en sus decisiones y comportamientos, o sobre el concepto que tienen de la vida y, lamentablemente, también sobre las mujeres, dijo.
La “machosfera”, explicó la estudiante, es la reproducción de discursos de odio entre menores de edad, que se acercan a las redes únicamente para “aprender” acerca de citas o masculinidades y terminan siendo manipulados por discursos que reproducen violencia de género y digital. “Después de tres años de consumir este contenido tenemos jóvenes con una carga que escala de la violencia digital fáctica y feminicida”.
Ishkra Mallinali expuso que se requiere regulación para que las plataformas digitales den pronta respuesta cuando se solicita eliminar algún contenido, como imágenes violentas, que reproducen estereotipos o machismo, o mejor aún, que desde la creación de los algoritmos haya una programación ética que no reproduzca la violencia ni los discursos de odio.
Ana Paula Reyes Rivera mencionó que la mayoría de las personas han usado la IA por cuestiones laborales o escolares; es “una herramienta increíble”, pero también puede ser utilizada para generar violencia de género sistemática, en especial porque se actúa bajo el anonimato.
La regulación, por ahora muy pobre, tiene que alcanzar estas esferas y emitir leyes específicas en materia de IA, pero también hay que reflexionar si tenemos un sistema de educación pública a la vanguardia, y si niñas, niños y adolescentes están seguros en las escuelas y los entornos digitales, porque esa violencia “es rápida, anónima y no tiene precedente”.
En tanto, para Noemí López Ávila, la inteligencia artificial es una creación de algoritmos para solucionar problemas. “Subimos contenido a nuestras redes sociales y alimentamos una base de datos que se queda con nuestra información”.
Pero no hay que satanizar el software ni la IA, es necesario utilizar las herramientas de manera estratégica, siendo conscientes de lo que son. “Toda la información que compartimos nutre a esta tecnología, por lo que podríamos comenzar a alimentarla con perspectiva de género y, por supuesto, no debemos consumir contenido machista”, propuso.
Elías Ornelas García definió la violencia como un objeto de consumo y una relación de poder; la tecnología es inminente en nuestras vidas, y ha potencializado el uso de mercados y productos, muchos de los cuales traen de fondo alguna violencia, por ejemplo, de género.
“La violencia vende: tiene reacciones, comentarios, se comparte y hasta hace que el algoritmo premie a algunas publicaciones, las más controversiales, que llegan a un público segmentado”, opinó en la Sala de Eventos del PUDH.
Para Sebastián Almazán Rodríguez, la IA representa una “revolución” que ha irrumpido en nuestras vidas y, en ocasiones, tenemos temor de lo que podría llegar a ser. El algoritmo obtiene información y a la larga se fortalece, pero mientras más obtenga, de mayor utilidad nos puede llegar a ser al momento de hacer búsquedas.
Es complicado regular estos temas por el desconocimiento en la materia. La IA o las redes aún no están contemplados en la legislación, y son las propias aplicaciones las que tienen mecanismos para denunciar videos o publicaciones, pero no siempre son efectivos. “Sería oportuno concientizar a la población acerca de ello”, expresó.
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* Tomada de Gaceta UNAM. Publicada con fines no lucrativos. Si usted está interesado en estos temas, visite el sitio: https://www.gaceta.unam.mx/la-violencia-digital-ha-crecido-exponencialmente/
