Histomagia

VIGÍAS

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Cuando Guanajuato era antigua, las calles se trazaban por la geografía de la cañada, por eso la ciudad original era con tan sólo una calle arriba que la recorre de La Presa hasta el Mercado, ya luego lapidaron Dos Ríos y se pudo ir a San Javier e hicieron el túnel de Tamazuca para salir de la ciudad; y también lapidaron el río Pastita y se puede subir a la Panorámica. Ante eso tuvieron que cubrir el río que pasaba por debajo de la ciudad creando un nuevo camino: la Subterránea. Ya luego, al fin pueblo minero, se realizaron ya más recientemente los túneles que salen a Pozuelos o los que salen a zona sur el tramo que va de la normal primaria hasta la zona sur: el Diego Rivera, y el Túnel que va de Embajadoras a San Clemente de cuyo nombre no puedo acordarme.

Así que Guanajuato tiene una geografía barroca que lo hace un atractivo turístico a nivel internacional en conjunto con su arquitectura colonial, pero sin duda un lugar que es mágico porque fue construida con madera e incluso las casas circundantes son pequeñas es la Ex Estación del Ferrocarril, en 1906 los terrenos fueron donados y ahí se ubicaba el barrio de Ave María que fue demolido para realizar el edificio donde el 10 de junio de 1908 recibió al primer tren, porque antes sólo llegaban hasta Marfil y se tenían que recorrer los 5 km en burro o caminando. En los años 90 dejó de recibir trenes y ahora se utiliza como centro cultural y museo.

Pues bien, dejando a un lado lo histórico, me cuenta mi amigo Flabio que su abuelito le contaba sobre cómo al llegar los primeros trenes era realmente una fiesta pues ya era directo que estaban cargados con la comida o de viajeros nuevos quienes poco a poco fueron dándole identidad a la ciudad, porque llegaban desde trabajadores mineros hasta académicos que comenzaron a trabajar en El Colegio del Estado, ahora la Universidad de Guanajuato.

También le contó las muertes trágicas que sucedieron por descarrilamiento o porque algunos borrachitos se descuidaban e iban a dar debajo de los vagones. Pero su abuelo hizo énfasis en que muchos de los veladores murieron a manos de asaltantes porque como el inmueble es pequeño y el tren sólo tenía una locomotora uno o dos vagones y el cabús, sólo contrataban a uno, y los hombres malos los acechaban y los mataban para poder robar lo mucho o poco que llegaba en los viajes.

Quienes viven ahí ahora, dicen que cuando anochece siempre se aparece un hombre a dar rondines para cuidar de ese lugar. Lo describen como un hombre alto, con sombrero, y pantaloncillos de manta, es uno de los veladores que hubo en ese lugar, porque, sobre todo en la época de la revolución llegaban ya trenes de pasajeros y de carga, y habría que cuidar lo que fuera llegando a la ciudad que en ese entonces también transportaba los víveres para este lugar semiárido y pues a veces se robaban casi todo. Flabio dice que su abuelo le contaba tantas historias que bueno, dice, mi amigo pensó que sólo eso eran, historias imaginarias sin fin de un viejecito.

El asunto es que en estos días en que las fiestas decembrinas iluminan ahora el patio de la Ex Estación dado los diferentes puestos de vendimia de esferas, escarchas, foquitos y arreglos navideños, sus parientes que tienen un puesto ahí, le han contado que en efecto: a veces se escuchan chirridos de trenes seguidos de lamentos desgarradores de voces masculinas y a veces gritos ahogados en el dolor de las almas que quedaron prensadas en las vías del tren; y hay testigos que han visto a varios hombres con sombrero que llevan en sus manos una pequeña luz parpadeante en un quinqué que apenas ilumina la noche, y que recorre y revisa cada puerta y ventana del edificio de madera antiguo, para luego sentarse en el suelo en la mera entrada y esfumarse lentamente. Y así cada noche.

Flabio me dice que entonces su abuelito no le mintió, no eran solo historias inventadas de un ancianito, estos hechos dan fe y veracidad de lo que vivió su abuelo ahí, además dan cuenta de cómo era la vida y la muerte cuando existía el ferrocarril que llegaba hasta Guanajuato.

Dicen que ahora lo van a reactivar, el asunto es que muchas de las vías ahora se hicieron calles, pero bueno esperemos que cuando reconstruyan las vías todo fluya con seguridad y no vayamos a ser los nuevos fantasmas en ese lóbrego lugar.  

¿Quieres conocer esta arquitectura de madera que aún existe? Tal vez puedas pasear por la noche y toparte con esos vigías que, dicen los que saben, gracias a ellos, la ciudad estuvo segura, y alimentada, y al parecer nos siguen cuidando desde el más allá.

Ven, lee y anda Guanajuato.