La poesía existe y es nutritiva para la sensibilidad: Leopoldo Navarro

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Entrevista con el poeta leonés

Jorge Olmos Fuentes

02 de octubre de 2011

“Vengo de una infancia nutrida por absolutamente toda la literatura de historieta, porque mi mamá tenía un puesto de revistas en el centro de la ciudad de León”. Así comienza formalmente la entrevista con Leopoldo Navarro (León, 1953), poeta, periodista, editor (dirige Tlacuilo Ediciones), un poeta, dice él mismo, que no publica desde hace veinte años “aunque jura no haber prescrito el oficio”, un poeta que tiene guardados “en el escritorio —claro: de la PC— dos o tres cuadernos y el demonial de textos sueltos”.

Leopoldo Navarro (León, 1953)

Ubicado cronológicamente entre los escritores guanajuatenses nacidos en los años cincuenta (Eugenio Mancera, Juan Manuel Ramírez Palomares, Demetrio Vázquez Apolinar, Gabriel Márquez de Anda, Alejandro García), Leopoldo Navarro se considera sin embargo más próximo a la generación de quienes tuvieron en un taller literario el núcleo de sus empeños creativos. En ella estuvieron Federico Esparza, Alejandro García, Sara Álvarez, Ernesto Padilla del Castillo y José Ramírez Insunza. El propio Navarro reconoce como parte de su trayectoria las aventuras literarias formativas vividas con personas como Ramiro Osorio, David Ojeda y Fernando Nieto Cadena.

La suya es una trayectoria literaria que ha debido transitar por varios senderos vitales, desde la germinal en la vagancia de su infancia hasta la reciente militancia en la gestión cultural, pasando por la formativa académica, el periodismo, la producción televisiva, y desde hace más de veinte años la editorial. Conquistado sobre todo por el afán de la creación poética depurada, y desentendido de dar a la estampa sus poemas (dice de sus libros “que necesitaría recorrer de vuelta como cinco o seis hogares vueltos pasado, para ver si quedan evidencias de publicaciones”), posee una visión propia del quehacer literario.

¿Para qué sirve la poesía desde la perspectiva de Leopoldo Navarro?

La poesía yo diría que sirve fundamentalmente como un cristal para que vayas buscando la médula de la vida, y para que vayas buscando verla en su médula, para que en la medida de tu entrenamiento de tus ojos de poeta vayas aprendiendo a prescindir de lo superfluo y lo sustancial te obligues a mostrarlo de la manera más rica, más sensual y también más sencilla. Yo creo que te da otra óptica de la vida.

Tienes años escribiendo, pero tu poesía no llega a la luz pública. ¿Qué pasa en este caso con la claridad ganada? ¿Es algo que puede ser de otros o tiene que ser solo experiencia personal?

Yo lo plantearía como un asunto muy cíclico. Asumo que hubo un ciclo en el que produje y publiqué poesía. Asumo que hubo un ciclo en el que produje y publiqué prensa. Y ahora en el papel de editor, y un poco recientemente en el de la insurgencia de cierta gestión cultural, se da la necesidad de apariciones y de declaraciones, de discursos, cosas así. Siempre me resultan muy cómodos pero no me urgen para el ego.

Por otro lado, que la poesía aparezca es indispensable. De otra manera no existe. Pero creo también que esa construcción poética ha hecho de mí, o va haciendo de mí, una persona, indudablemente una persona distinta de aquel polimorfo perverso de la temprana infancia. Con intereses que defender, con visiones que mostrar. En este caso, ni hablar; si no es a través de la poesía en este momento, yo quiero pensar que sí es a través de la honestidad y de la sencillez, de la claridad, de la economía del lenguaje con la que propongo lo que propongo. Sí habría que pensar en algún momento como poeta que quiere publicar y proponerse ese objetivo Pero tengo la impresión de que eso, cierto, es requerido, y urge, pero de pronto hay cosas, deberes, y las tienes que despachar. En todo caso yo quisiera pensar que en un libro tan árido como los que estamos haciendo en estos días esté implícita la poesía de la concepción y de la concepción editorial, además de lo que el autor haya querido decir y como lo haya podido decir.

¿Lees la poesía de Guanajuato, qué valores encuentras en ella?

Leo poca poesía de Guanajuato, por lo tanto no podría responder esa pregunta. Lo que sí tendría que decir es que es importante que así como ponemos los volantes en la calle, y como están en la calle esas formas de la poesía que son los grafitis, así tendríamos que encontrar los poetas y los editores y los gestores la manera de mostrarle al lector que la poesía existe y que es nutritiva para la sensibilidad de la persona. ¿De qué hablamos? De un platillo poco apreciado en estos días, sí, pero de un platillo que existe. Ahora sólo hace falta que le recordemos a la gente que la poesía ha sido parte de su vida en algún momento. Los libros de textos gratuitos no inundaron de cosas maravillosas, y justamente por aquellas aberraciones de la educación terminamos el ciclo escolar y queremos saber de cualquier cosa menos de libros. Por supuesto que la poesía está.

¿Cuál creerías ha sido el mayor cambio que ha ocurrido con nuestra forma de mirar la poesía?

Yo creo que la degradación de la calidad de la educación en los primeros años de la vida. En la medida que no somos formados como lectores, y como lectores que disfrutan, en esa medida se nos limitan tremendamente las posibilidades de exploración de la poesía y de la literatura en general posteriormente. Yo creo que ese el gran factor que está amputando nuestras posibilidades lúdicas, nuestras posibilidades de ser sorprendidos por la sensualidad. Pero en el problema también está la solución. En la medida que mi hijo, mi hija, perciben que en casa se lee, y van a una librería contigo y los dejas sueltos en esa jungla de libros para niños y seleccionan uno para ellos y se lo llevan, son otros, somos otros. No todo mundo vamos a tener la fortuna de haber tenido un océano de historietas para leerlas gratis, pero tendríamos que encontrar las maneras de llevar de la mano a los niños hacia las posibilidades de la lectura.

Oyéndote hablar me preguntaba ¿qué poetas habrás leído, poetas que te mostraron un camino, este camino de hacer la poesía pero permanecer negado para todo el oropel que viene después?

Tienes a César Vallejo. Tienes a Ramón López Velarde, que es un gran poeta mexicano que está allí despreciado por una serie de prejuicios. Tienes a alguien tan divertido como Efraín Huerta, pero también conmovedor con sus grandes poemas. Yo creo eso no tiene que ver con autores, tiene que ver con ritmos vitales. Está bien, hay que producir, y es importante publicar, pero el problema es si supones que hay que publicar por publicar. Yo lo pensaría en términos de ciclos, de ritmos. Hay lo que has producido y te resulta insatisfactorio. O no le has dedicado el tiempo suficiente para darle cuerpo porque un texto suelto, después de cierto proceso como creador, de pronto no te dice nada y piensas en función de ciclos temáticos y cosas así. Entonces esperas, y esperas, y esperas. Y claro los ciclos se cierran, tiene su tiempo, y a veces se quedan abiertos.