Recuerdan caos y esperanza de Hiroshima

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39 FESTIVAL INTERNACIONAL CERVANTINO

Benjamín Pacheco

Guanajuato, Gto. 15 de octubre de 2011.- Un mensaje de esperanza para la humanidad, a pesar de la destrucción y desolación causadas por medio de la vía atómica, el poder y el dinero, fue parte del sentido de la compañía Antagon theaterAKTion durante su participación en la edición 39 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

Antagon theaterAKTion en el 39 Festival Internacional Cervantino (Foto: Especial)

De esta forma, la sede de los Pastitos se convirtió en epicentro de la renovación para el hombre con motivo de la representación Ginkgo-Teatro de la Esperanza, a cargo del director Bernhard Bub.

El montaje se caracterizó por contar con música en vivo, el uso de fuegos artificiales, más de 10 intérpretes de distintas partes del mundo, y un escenario dispuesto para que la acción pudiera ser apreciada desde todos los ángulos.

“Ginkgo”, nombre originario de China, hace alusión a uno de los pocos árboles que quedaron en pie luego de que los estadounidenses arrojaron sobre Hiroshima la bomba atómica “Little boy”, el 6 de agosto de 1945.

Por lo que la puesta refiere los momentos en que se lanza la bomba y el pánico posterior al desastre natural y social; en la tradición del teatro de calle, los actores caminaron con zancos y portaron máscaras antigás que horrorizaron a más de uno de los asistentes.

Tras dicho preámbulo caracterizado por una desolación soportada en efectos especiales, el elenco de Antagon theaterAKTion llevó al público por una experiencia sensorial enmarcada en la tradición de la danza japonesa Butoh, también conocida como “la danza hacia la oscuridad”.

El origen de este tipo de baile, visto por algunos como un paso intermedio entre la danza y el teatro, es igual de sombrío: se origina luego de las visiones de sobrevivientes del holocausto nuclear de Hiroshima, quienes caminaban desorientados, con sus cuerpos quemados e incluso con los globos oculares reventados.

Según los historiadores, lo anterior generó una reacción de asco y repulsión entre los japoneses; los actores, por su parte, recrearon dicha estampa en el escenario, donde incluso se contorsionaron para remarcar el dramatismo en el daño corporal.

Las demás temáticas de Ginkgo aludieron al mundo material y su efecto en las personas; los hilos de la guerra que mueven a los hombres como marionetas; la angustia ante la falta de agua y su sustitución por una “lluvia de plástico” que baña e inunda el espacio; así como la procreación y el horror ante posibles mutaciones y malformaciones en los hijos.

Tras presentar el panorama caótico derivado de la mano del hombre, Antagon theaterAKTion dio paso a la esperanza, a la posibilidad de sanar y perdonarse en mundo marcado por la tradición de la conquista y el combate, además del claro recordatorio de que la naturaleza es capaz de sobreponerse a las peores tragedias.

Así, el elenco formó un “Ginkgo humano”, donde los cuerpos y brazos hacían las veces de ramas y troncos, de un organismo fuerte que se niega a morir, y que avanza a pesar de las agresiones que pueda tener el hombre contra su entorno y sus semejantes.