Literaria

Alicia en el País de las Maravillas: La representación artística de una aparente locura

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Alicia en el país de las maravillas (Foto: Especial)

El famoso cuento infantil que conocemos tan bien por medio de películas, libros ilustrados y hasta obras teatrales, es una creativa creación del autor británico Charles Lutwidge Dodgson, conocido popularmente por su pseudónimo Lewis Carroll, basado en historias de fantasía que el autor inventó durante un viaje en barco para entretener a tres hermanas que iban a bordo, una de ellas llamada precisamente Alice.

Tiempo después el autor se inspiró en distintas formas matemáticas y lógicas para construir la historia con más cuidado y detenimiento para obsequiárselo a la pequeña Alice; de este obsequio vino la propuesta para que el autor publicara su texto ilustrado y se diera a conocer al público.

La primera edición de este texto se publica en 1865, representando un estilo único de escritura que sorprendió al público por sus creativas metáforas y simbolismos que están presentes en todo el cuento, recursos que aparentemente le restan linealidad al curso de la historia e incluso parecería que muchas de las partes carecen de sentido.

Sin embargo Carroll nos ofrece una historia llena de significados por descifrar; utilizando recursos de la lógica y la matemática, cada parte de la obra representa algo esencial y de suma importancia para el aprendizaje del personaje principal, Alicia.

Por ejemplo, “el conejo blanco” representa el objetivo principal por alcanzar, ya que Alicia se ve involucrada en una constante persecución hacia él y por lo tanto funciona como el principal motor de la historia.

Alicia en el país de las maravillas (Foto: Especial)

El Sombrerero, por su parte, representa la excentricidad de la aristocracia inglesa y fácilmente es interpretable como la representación de la locura dentro de la obra.

El Gato de Chesire representa las enseñanzas filosóficas sobre las posibilidades del conocimiento guiado por la autoridad, misma que en la obra está representada por la Reina de Corazones.

Por otro lado, la Oruga Azul representa la libertad y calma que otorga la sabiduría.

De este modo, más que un cuento para niños, Alicia en el País de las Maravillas es un código plagado de enigmas por descifrar y reconstruir, mismo que alimenta la imaginación y estimulan la creatividad de sus lectores.