Candil de la Calle

Otras Madres

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24 de octubre de 2012

El problema del hombre no está en la bomba atómica, sino en su corazón.

Albert Einstein

La Caravana de madres de migrantes desaparecidos “Liberando la esperanza” estuvo este martes en Irapuato. Fue el único punto del territorio guanajuatense que visitó, centro neurálgico de varias rutas que siguen los migrantes centroamericanos en su tránsito con destino —eso pretenden— al vecino país del norte.

Desde aquí, desde una casi indiferente plaza principal, sus integrantes recordaron nuevamente al Estado Mexicano su responsabilidad por el hostigamiento, la persecución, la discriminación y la violencia hacia sus hijos cuando atraviesan este territorio con el propósito de llegar a los Estados Unidos de Norteamérica, todo ello con la complicidad de la impunidad, de la negligencia, de la omisión o de la corrupción absoluta.

La voz de fray Tomás González, responsable del albergue “72” en la frontera sur de México, sonó fuerte. Sus palabras, más duras aún, más ciertas: “El gobierno de Calderón ha sido el peor en política migratoria, se han cometido los peores crímenes y masacres a migrantes mexicanos y centroamericanos y los defensores de éstos. Al gobierno le pedimos que mire el rostro doloroso de estas mujeres, de estas madres…”.

El albergue que dirige se llama así, “72” por los 72 migrantes que fueron asesinados y encontrados en un rancho en el poblado de San Fernando, Tamaulipas, en una masacre abominable que aún dentro de todos los horrores que hemos visto posteriormente en otros lares del país, se sigue recordando.

Originarias de Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, las 38 mujeres —y algunos padres de familia— fueron recibidas por integrantes de la Red Bajío de apoyo al migrante en la plaza principal, a donde no acudió ninguna autoridad del gobierno del estado o del municipal a entrevistarse con ellas, ni a recibirlas, ni a escucharlas.

Ni el gobernador migrante Miguel Márquez tuvo la amabilidad de enviar a algún representante, de tercer nivel pues. Ni la Procuraduría Estatal de los Derechos Humanos hizo acto de presencia. Para qué, los migrantes centroamericanos se matan en las vías, son asesinados por pandillas locales, son secuestrados para quitarles lo poco que les mandan, o para cosas aún peores: explotación sexual, venta de órganos, o empleados del narco.

Pero ahí sí estaban para recibir a las mujeres los representantes de la Casa del Migrante de Irapuato, las universidades Iberoamericana y LaSalle de León, de Amnistía Internacional capítulo Guanajuato, las pastorales sociales de la arquidiócesis de León  y la diócesis de Irapuato así como algunos ciudadanos.

Ellas, las mujeres del centro del continente, acomodaron en la plaza las fotografías de sus hijos desaparecidos y pidieron ayuda para localizarlos o tener información sobre su posible paradero.

Ana, de Honduras, tomó el micrófono:

“Yo ando en busca de mi hijo, Oscar Antonio López, tiene tres años desaparecido; otros tienen once años, diez años y no tienen respuestas. ¿Dónde están, cómo están, con quién están nuestros hijos? Ya no queremos más violencia, más secuestros, más muertes. Ellos pasan por acá pero no vienen con intenciones de hacerle daño a nadie, vienen con un deseo, con un sueño americano…”.

Pidieron solidaridad. Pidieron fin a la impunidad, a la discriminación, al estigma. Pidieron al gobierno no ignorar a sus hijos, no cerrar los ojos, no excluirlos de sus listas, de sus investigaciones, de sus trámites burocráticos.

Pidieron dejar a un lado la indiferencia. Hoy son ellas, a cualquiera le puede ocurrir.

El sur también existe.

*

Verónica Espinosa es periodista. Ha desarrollado una importante trayectoria en medios impresos y electrónicos de la región desde hace ya varios lustros. Actualmente es corresponsal del semanario Proceso en el estado. Con más de una década de emisiones radiofónicas a sus espaldas, Candil de la Calle, prestigiada columna de opinión, análisis y crítica política ahora llega cada miércoles a través de igeteo.mx por escrito, para descubrir la desnudez de la política y la observación acerada sobre la cosa pública.