Una Colorada(vale más que cien Descoloridas)

¿Accidente o atentado?

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(Foto: Especial)

Imposible pasar por alto el grave “percance” en PEMEX. Y sin adelantar vísperas especulativas, que por supuesto deberán convertir en informe los peritos “nacionales y extranjeros” que indagan acerca de las causas, éstas simplemente se reducen a dos posibilidades: fue un accidente o fue un atentado. ¿Estuvieron manos criminales involucradas en hechos que hasta el día de hoy dejaron más de 100 lesionados, más de 30 fallecidos y cuando menos 4 desaparecidos? ¿Por qué la población casi en automático piensa en esta alternativa antes que la del accidente? ¿Qué factores influyen en la gente para de antemano considerar que el gobierno no dirá la verdad? Las abuelas con esa inercia de educación casi victoriana, castigaban duramente a sus infantes cuando: destruían ciertos bienes propios o ajenos —pintando paredes, arrancando plantas, rayando el coche—, agredían a un vecino o hermano y hasta en el eventual atrevimiento de “tomar” dinero de la caja familiar —muchas veces era un galletero— porque “el que se roba un huevo algún día robará un borrego”.

Todas esas enseñanzas se olvidaron a partir de la urgencia de llevar un ingreso adicional al hogar, lo cual ha dejado niños en manos de maestros[1] que no le llegan a los talones a aquellos que a nosotros nos formaron, con sus necesarias y loables excepciones. Generaciones a las que unilateralmente se les arrebató el derecho de conocer los alcances del civismo, la ética y la lógica hoy grafitean casas o monumentos, con la certeza de que nadie les aplicará sanción alguna ni de leyes de cultura cívica mucho menos de daño en propiedad ajena. ¿Cuántos casos de vandalismo conoce que han quedado impunes en el marco de un partido de futbol o una marcha de protesta por algún exceso del gobierno?

¿Se cansó de enviar escritos para que alguna autoridad le resarza el daño ocasionado en su vehículo o su persona, por el bache, la coladera abierta o la banqueta desastrosa? ¿Puede documentar muchas resoluciones a favor del ciudadano cuando intenta reclamar cobros ilógicos en el consumo de agua, luz, o predial? ¿Se ha visto afectada su salud por una contaminación criminal de la que nadie responde aun cuando la burocracia en esta materia consume buena parte de sus impuestos? ¿Estaría de acuerdo en considerar que extremos como el de organizar defensa policial comunitaria e incluso linchamientos, son resultado de los oídos sordos de quienes se dicen representantes populares? ¿No es verdad que alguna vez ha deseado que el burócrata que le atiende, se marche sin honores al infierno? Si el resultado es la comprobación de un atentado ¿s e logrará dar con los culpables? ¿Habrá la certeza de que los detenidos no son otros chivos expiatorios?

La segunda alternativa y no por ello menos lamentable, es la del accidente. Todo apunta a problemas de mantenimiento: porque se almacenaba —o utilizaba, pues es más barato— en un lugar inadecuado gas halón[2] que desde hace tiempo se considera nocivo. En esta línea de no dar importancia al mantenimiento por la supuesta idea de bajar el valor de la para-estatal a fin de venderla barata a la iniciativa privada, algunos periodistas han recordado, la explosión de Guadalajara en 1992[3] que precedió la división de la empresa y arrojó más de 200 muertos; los diversos derrames desde 1979, que sirvieron al gobierno salinista para encarcelar a La Quina, hecho que no impidió la inercia privatizadora que ha dividido al país por el tema. Agregue al sospechoso plan de desmantelamiento la infinidad de explosiones de toda índole, vinculadas con tomas clandestinas, poca pericia de las empresas extranjeras que desplazaron a los magníficos y reconocidos ingenieros mexicanos —con el consecuente deterioro de plantas, ductos, y ahora hasta oficinas administrativas— que debía manejar con altísima responsabilidad una empresa cuyos bienes son propiedad de la nación, es decir de cada uno de los más de cien millones de mexicanos.

El señor Calderón ha exigido claridad y prontitud en las explicaciones ¿Podría él dar datos exhaustivos de cómo estuvo el mantenimiento durante su sexenio? ¿Qué han hecho los últimos responsables de PEMEX, además de acudir a reuniones internacionales con fines básicamente comerciales y de turismo? ¿El descuido en el mantenimiento se debe a las acciones y omisiones que han terminado por descapitalizar a la empresa? Si el resultado es la comprobación de la deficiencia en el mantenimiento ¿se logrará dar con los culpables? ¿Habrá la certeza de que los detenidos no son otros chivos expiatorios? En cualquiera de los casos, esperaríamos que se impusiera la justicia sobre la venganza.

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[1] Casi desde la lactancia quienes hoy gobiernan fueron criados por servidumbre que apenas terminó la primara o puericultoras, que en las guarderías —de alcurnia, públicas o comunitarias— los alimentan y ejercitan sin más experiencia que la que van acumulando si es que antes no las despiden, por haber causado un desastre.

[2] Extintor de incendios prohibido en la mayor parte del mundo por el daño a la capa de ozono. Sustituido por Inergén que por el desplazamiento de oxigeno también extingue el fuego. Es inodoro y los pulmones del cuerpo humano se adaptan al atmósfera creada reduciendo el consumo de oxigeno con inspiraciones más profundas y más pausadas.

[3] Fabio Barbosa experto en el tema citado por la Jornada y miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.