Literaria

El Rojo y el Necro de Xavier Velasco

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La muerte como eterna contemplación de la vida

Conocemos a Xavier Velasco, exitoso escritor contemporáneo mexicano, por su gusto y habilidad para la sátira social abordada desde distintas perspectivas. El cuento El rojo y el necro perteneciente a la exitosa y divertida compilación  El materialismo Histérico, nos ofrece una estupenda sátira desde una perspectiva muy poco común: la de un difunto. El personaje principal comienza narrando su propio velorio, dándose cuenta de que la gente que asiste definitivamente no lo hace por convicción propia de ir y despedirse de él, sino porque este evento representa una segura fuente de comida gratis, él en su contemplación desde el “otro lado” puede darse perfecta cuenta de que nadie hace nada en la vida de forma desinteresada.

Por eso es que él se siente mucho mejor estando donde está ahora.

Pronto los lectores comenzamos a darnos cuenta de que el personaje principal no está hablando con nosotros, sino con un personaje dentro de su propia historia, un personaje completamente pasivo que no toma voz en ningún momento de la historia.

Dicho personaje es el culpable del estado en el que nuestro protagonista se encuentra, pues nos damos cuenta de que con el sujeto que el protagonista habla lo había atropellado la noche anterior y todo por una violación deliberada a las normas de tránsito establecidas en la ciudad.

El personaje principal describe con sus propias palabras y voz, las reacciones de su escucha, éste se encuentra en el hospital bastante mal herido, situación que el protagonista aprovecha para poder reclamarle su acción y al mismo tiempo ponerle un verdadero susto de muerte.

El “fantasma” le explica al sujeto del hospital que la muerte es casi igual a la vida pero con muchas menos preocupaciones, con muchas menos responsabilidades y una situación corporal mucho más versátil, pues apenas es visible a los demás y sólo cuando éste quiere, además puede posarse en el piso porque consta del peso suficiente para hacerlo y además puede fácilmente flotar si quiere.

Aunque nuestro personaje principal dice al principio de la historia que no busca venganza, sí realiza una acción para cobrarse lo que su escucha le hizo padecer, se posa con su peso suficiente encima del tubo de oxígeno que lo mantenía vivo, con el afán, dice, no de vengarse, sino de estar acompañado del otro lado y librar a su próximo compañero de la multiplicidad de problemas que representa estar vivo.

Vemos en este cuento, cómo Xavier Velasco es capaz de tratar un tema tan escabroso como la muerte, con una capacidad de humor negro tan hábil que al final del cuento no podemos evitar que se nos forme una sonrisa en los labios a pesar de la temática central, que regularmente se trata con reserva y respeto.

Dicha situación nos demuestra por qué Velasco es y seguirá siendo uno de los más grandes representantes mexicanos de la sátira social.