Antipatía a las matemáticas se puede revertir

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Guanajuato, Gto. 06 de agosto de 2013.- La antipatía que tienen los mexicanos hacia las matemáticas se puede revertir con una política de estado que proponga programas realistas más allá  de lo declarativo, aseguró el director de Instituto de Matemáticas de la UNAM, Javier Bracho Carpizo.

Las matemáticas predisposición de los mexicanos (Foto: Archivo)

Bracho quien asiste al primer Congreso Internacional de Matemática para las Américas que se celebra en la capital, consideró que la población mexicana todavía está a tiempo de destruir el tabú que le representan las matemáticas para su desarrollo.

“Las matemáticas se han convertido en el coco de los mexicanos, es un drama que se tiene que revertir, porque poco a poco hemos ido alimentando mitos y tabús en contra de la matemática, que predisponen  a la gente en contra de esta ciencia”, señaló.

El doctor subrayó que actualmente están trabajando en muchos frentes, tratando de revertir esa realidad, pero es necesario que también haya voluntad política de estado, que impulsen programas y proyectos realistas que promuevan la comprensión de esta materia.

“En la UNAM, estamos en un buen momento en esta dirección; tenemos claro el problema y estamos haciendo trabajo institucional en esos términos de estado, no inmediato sino a largo plazo, para cambiar la forma de enseñar y tomando el problema global”, explicó.

Para solucionar el problema no basta con cambiar el programa ni cómo dar las clases, porque es un problema de concepción social y cultural sobre algo, por eso la dificultad del cambio, añadió.

El especialista indicó que la televisión es la principal responsable de esta situación ya que es “probablemente la secretaría de Cultura de este país y es la que dicta lo que piensa la gente; además también del lado del sistema educativo hemos cometido errores gravísimos y tenemos que enfrentarlos”, reconoció.

Entender las matemáticas, como seres humanos, da la posibilidad de comunicarnos; el conocimiento como tal y el depender más de la razón que del mito y del tabú harían, sin duda un mejor país, concluyó.