Una Nación no puede juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos en buena posición económica, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada.
Nelson Mandela
Acaba de divulgarse una encuesta encargada a la empresa Consulta Mitofsky para develarnos los misterios del sondeo ciudadano con respecto a la imagen de los gobernantes en turno.
El ejercicio de esta empresa —que oferta sus servicios en el campo de las encuestas, sondeos y demás productos similares— arrojó respuestas que ubicaría más en el campo de lo curioso que de lo sorprendente.
Por principio de cuentas, un optimismo desbordado de los guanajuatenses y un fervoroso respaldo al desempeño del presidente Enrique Peña Nieto —que es del PRI— y al gobernador Miguel Márquez Márquez —que es del PAN—.
Optimismo extraordinario, si se toma en cuenta que de acuerdo con el resultado de Mitofsky en la encuesta aplicada en los últimos cuatro días del mes de septiembre, la aprobación que tiene Peña Nieto en Guanajuato es del 68.5 por ciento, superior a la que en promedio se le dio en todo el país, que apenas pasó del 52 por ciento.
(Como dijo el cínico jefe de estado español Mariano Rajoy ante la severa crisis desatada en su país, en parte por sus políticas: “permítanme que haga un reconocimiento a la mayoría de españoles que no se manifiestan”, frase que bien se podría aplicar al escenario nacional).
Miguel Márquez Márquez apareció como el gobernador con una mayor aprobación —de entre los que figuran en la encuesta difundida— con un 77.5 por ciento.
Apenas en abril, cinco meses atrás, la popularidad del gobernador medida en un sondeo similar (eso creo) era medida en un 62 por ciento.
O un 6.2 de calificación, como también se suele interpretar.
Márquez apareció por encima de Eruviel Ávila, gobernador priísta del Estado de México, y Arturo Núñez, mandatario perredista de Tabasco, entre algunos otros.
Otro de los aspectos interesantes de esta encuesta lo perfila la visión del ciudadano guanajuatense sobre sus preocupaciones principales. Hay que precisar que este estudio se efectuó entre población joven.
La economía (entiéndase, el bolsillo y el empleo) fue el rubro en el que los jóvenes guanajuatenses se dijeron particularmente angustiados, muy por encima de la inseguridad.
La cifra en este rubro, el económico, aumentó en casi 10 puntos entre abril y septiembre. En contraste, el tema de la inseguridad figuró menos entre las inquietudes ciudadanas entre esos mismos meses.
Así las cosas, hace casi seis meses a los guanajuatenses les preocupaba la situación económica y el empleo en un 50.3 por ciento y ahora les preocupa en un 60.1 por ciento.
Paradójico puede resultar cuando se contrasta el resultado con la propaganda gubernamental que oferta cientos de millones de dólares en nuevas inversiones que significan nuevas empresas que representan nuevos empleos en Guanajuato.
El mensajero no sabe dar el mensaje; las maquiladoras ya no satisfacen las expectativas de una juventud harta de batallar en la incursión al mercado laboral, si termina alguna carrera profesional o técnica.
O nos aplasta, descomunal, la realidad que revela que Guanajuato es el segundo lugar nacional en jóvenes desocupados y tiene poco más de medio millón de jóvenes sin ocupación laboral o educativa.
¿Esos jóvenes, qué opinarán?