Literaria

Opciones literarias para adolescentes

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(Foto: Especial)

Entre el apogeo tecnológico que nos consume cada día con mayor rapidez, padres y maestros se enfrentan a un problema grave de escasez de interés por la lectura, sobre todo entre los adolescentes.

Esto por una parte es real pero por otra constituye uno de los mitos más grandes de la historia: los adolescentes leen todo el tiempo en las pantallas de sus dispositivos móviles, incluso han desarrollado por sí solos una manera exclusiva de comunicarse mediante imágenes y combinaciones de letras que la mayoría de maestros y padres no reconocerían ni entenderían y que incluso señalan como una degeneración del lenguaje.

Lo interesante de este fenómeno es que primeramente gran parte del código que los adolescentes utilizan para comunicarse es de carácter universal ya que está construido con base en imágenes, por tanto es legible en todos los idiomas del mundo, gran parte de la lectura de imágenes y la creciente habilidad  de los jóvenes actualmente para crear códigos de comunicación se debe en gran medida a su convivencia constante con la televisión; la primera ventana que le dio al mundo acceso al mundo mismo.

Los jóvenes parecen abstraerse con las temáticas presentadas a través de la pantalla chica debido a que ésta presenta realidades con las que pueden identificarse fácilmente, es decir que si por ejemplo en una tarde larga de vacaciones sin nada más interesante que hacer se topan en la televisión con un programa en el que la primera impresión que reciban sean personas de su misma edad lo más posible es que este show capte de inmediato su atención, ya que se identifican con quienes tienen delante.

Si a este interés le añadimos conflictos con los que ellos podrían estar en contacto, que siendo adolescentes es bastante simple concluir que tendrán conflictos del tipo emocional; entonces habremos hallado la intriga correcta para desencadenar el interés específico en una trama; la clave es entonces no enemistar la lectura de imágenes con la lectura de literatura, pues pudiendo hacer del interés en una por medio de la otra, todo puede ser mucho más sencillo; tal es el caso de una famosa saga popular entre los adolescentes actualmente, se trata de una serie de libros titulado Pretty Little Liars, “Pequeñas mentirosas”, traducido al español castellano, y “Lindas Mentirosas” traducido al español latino; cuya trama consta de una serie de sucesos misteriosos que sufre un grupo de amigas entrañables tras la desaparición de su líder; a partir de entonces cada una de ellas juntas y por separado hacen todo lo que está a su alcance para mantenerse a salvo y protegerse unas a otras ya que su compañera y líder entrañable desaparece en una situación bastante misteriosa, misma que la policía no esclarece del todo, por lo que las cuatro amigas que son testigos indirectos de la desaparición deciden poner manos a la obra e investigar por ellas mismas lo que ha ocurrido con su mejor amiga.

La trama ofrece pues un argumento muy parecido al de una novela policiaca del estilo de Sherlok Holmes o algo parecido, sin embardo sus protagonistas son adolescentes; con vidas complicadas, malas decisiones, secretos comprometedores, etc., principios básicos de verosimilitud y elementos necesarios para crear una intriga; todo esto podemos verlo en una pantalla de televisión, pero al mismo tiempo constituyen una saga de hasta el momento 14 libros de los que los adolescentes pueden disponer una vez que la televisión los ha enganchado en su trama interna, si bien las historias televisadas y escritas son algo distintas, en esencia los conflictos principales y el motor de la intriga son los mismos, por lo que de esta forma podemos concluir que si sabe utilizarse, la televisión puede ser el mejor amigo de los padres y maestros para hacer posible la cercanía entre adolescentes y literatura; siempre y cuando se esté al pendiente de los intereses de los jóvenes y sepa acercárseles al libro con un motivo de interés a su edad y no como un recuerdo de la adolescencia de sus padres; si de lo que se trata es de lograr un hábito, lo primero que se necesita tener a la mano son los intereses de los jóvenes, el hecho de engancharlos con temas puestos en la televisión no implica que no desarrollarán un gusto literario más refinado más adelante, se trata de comenzar en ellos un hábito lector y una habilidad lectora que una vez creada difícilmente podrá parar.