Histomagia

Tal como es, en el FIC

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(Foto: Archivo)
(Foto: Archivo)

Me da mucho gusto saber que Guanajuato se viste de gala y recibe orgullosos a miles de visitantes en esta ocasión del 42 Festival Internacional Cervantino. Evocar la literatura es ya de por sí un logro pues la cultura ingresa hasta el más recóndito espacio de nuestras casas y corazones.

Nuestra ciudad se muestra tal y como es: sus viejas calles, sus plazas, las cantinas que dan vida nocturna, los jardines, sus momias, sus espantos, sus muertos. Pero lo más interesante, es que no se deja de lado la fama de esta gran ciudad en los rincones de todo el mundo. He visto recién postcats  de youtube en el que hablan de las momias de Guanajuato donde reportan los casos más extraños que han sucedido en el museo.

Por ejemplo, cuentan cómo una momia, a veces, por las noches, se levanta a ver sus compañeras y platicar con ellas. La animación que hacen en el video es terrorífica, tanto que no pude dormir pensando en los cuidadores del museo cada noche, el miedo que han de sentir. O igual y ya se acostumbraron así como todos nosotros al saber que este Guanajuato desde antaño convivimos sin más los muertos y los vivos e incluso bailamos y hacemos fiestas para ellos el Día de Muertos.

En fin, en el programa el conductor, uruguayo por cierto, se sorprende de saber que aquí los cuerpos se momifican por sí mismos gracias al mineral de esta tierra, así las momias que vemos son momias envueltas en ropajes gastados, pero siguen envueltos en su piel hasta el fin de los tiempos. No son como las momias egipcias que eran embalsamadas por un proceso humano, sumamente delicado, no. Estas momias muestran sus cuerpos desnudos y las enfermedades que les hicieron mella; muestran  emociones desgarradoras en sus rostros como si se viera que dejan el último aliento de vida con la boca abierta o quizás sea un grito desesperado al verse encerradas vivas en sus tumbas. Sería interesante filmar cada uno de los rostros de los aún vivos cuando visitan las diversas salas en donde se puede encontrar un nonato con su  pequeña boquita abierta, niños, bebés, mujeres y hombres, que vivieron aquí y que dan cuenta de que la vida no es eterna, que no la tenemos comprada y como dicta la madre naturaleza, nos vamos a morir, sino es que ya estamos muriendo cada día, ya sea en soledad de nuestras tumbas  o de amor desmedido  o de desamor.

Guanajuato se viste de gala, otro año, pero la perenne presencia de espíritus y lo que representa la muerte se vive cada día en sus plazas, callejones y museos. Así que si quieres saber y ver de cerca a estas hermosas representantes de la muerte viva en la ciudad, ven, lee y anda Guanajuato.