El Laberinto

El conflicto de intereses

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(Foto: Especial)
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Se nos dice que los recientes escándalos de la política nacional se deben a que los políticos anteponen sus intereses personales para tomar decisiones desde sus puestos, pero lo que no queda muy claro es cuáles son los otros intereses que quedan delegados a un segundo plano cuando esto sucede.

La respuesta más simple sería decir que le dan prioridad a sus propios intereses sobre los del pueblo; y esto claro que es verdad, pero nos estamos olvidando de un factor que es básico para entender el problema: los servidores públicos forman parte de una colectividad a la que, cuando solo piensan en ellos mismos, perjudican si son descubiertos y exhibidos o si sus acciones afectan a la ciudadanía, pues ambos reducen la credibilidad, los votos y son utilizados como un arma por parte de sus adversarios.

Como podemos ver con las recientes acciones gubernamentales lo que se busca es defender estos intereses, no los nuestros; la caza de brujas o peor aún de corruptos, por medio de los golpes internos permite el deslinde del resto de los integrantes de la unidad, como cuando cortan un pedazo de fruta que se está pudriendo para salvar el resto de la pieza. La cuestión aquí es que nosotros somos los compradores y tenemos que elegir forzosamente entre alguna de estas frutas incompletas, deformes y magulladas.

En medio de todo eso nos encontramos los simples ciudadanos, victimizados para ofenderse entre ellos, criminalizados para defenderse en conjunto, olvidados cuando se trata de repartir el pastel, pero rara vez escuchados o tomados en cuenta. Y creo que este es el verdadero conflicto de intereses al que se debe combatir.