Histomagia

Se te sube el muerto

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(Foto: Archivo)
(Foto: Archivo)

Una de las historias orales que más se escuchan en Guanajuato, es sin duda la que cuenta que se te sube el muerto. Generalmente este suceso va acompañado de una inmovilidad total que te impide incluso hablar; esta situación es tan desesperante que, mentalmente, para que se vaya el muerto rezas desesperadamente o si de plano no se va, mandarlo a la cama de los compadres o decirle una serie de improperios, es sin duda una manera efectiva y eficiente de que te deje ya en paz. Sin embargo, el asunto se complica cuando el muerto necesita decirte algo, entonces ahí de veras ni yendo a bailar a Chalma te deja en paz.

Un muerto te puede comunicar apareciéndote ante ti,  hablándote al oído,  o entre una especie de sueños o en una psicofonía lo que quiere ya sea decirle a alguien algo porque no tuvo tiempo de decírselo, o el dejarte los centenarios que enterró en otrora tiempos. Dicen que si el dinero es para ti en cuanto lo desentierras es oro puro, pero si no es para ti y ahí vas de acomedido, se convierte en carbón. No, si el imaginario social están plural.

También dicen que no importa si es de día o de noche, igualito el muerto encuentra su forma de manifestarse y pedirte encarecidamente aceptes el dinero que quiere darte porque te escogió a ti. Como dice el dicho: “Si es para ti ni aunque te quites, si no es para ti ni aunque te pongas”.

Un amigo mío me contó que una tarde, antes de comer, decidió echarse una siestecita mientras estaba la comida. Se acostó en el sillón del pasillo de su casa y de repente en duermevela, escuchó unos pasos que se acercaban hacia él, pensó que era su mamá a avisarle de la comida, pero no. De repente sintió cómo una fuerza de carga presionaba su pecho y le decía al oído que debajo del naranjo de la casa había un cántaro con monedas de oro para él, que lo recibiera. Mi amigo intentaba moverse, pero no podía, en su desesperación, él imaginaba que le gritaba a su mamá, pero nada, nadie venía en su auxilio.

El chiste es que en ese momento el muerto en cuestión se retiró y mi amigo pudo respirar normalmente y claro correr a los brazos de su madre y contarle lo sucedido. Su madre le dijo que no iban a desenterrar nada de la casa y que  ni pensara en que el muerto se iba a volver a aparecer. Acto seguido: la mujer llamó a una bruja e hicieron una limpia del lugar. Y santo remedio, el muertito se fue con su lata a otra parte.

Es claro que estos relatos se escuchan por todo el mundo, pero en Guanajuato existe un especial interés porque existe otro Guanajuato enterrado, en donde no dudamos no sólo existe dinero bajo tierra, también existen cuerpos que no pudieron ser rescatados en desasolve que hubo después de las inundaciones. No, si te digo, esta mágica ciudad tiene muchísimas historias y en verdad hay que escucharlas. Cuando vengas, en verdad oirás muchas más. Por eso no tardes, tal vez algún muerto en una casa antigua o en una plaza, te hable y te diga: ven conmigo, lee y anda Guanajuato.