Histomagia

Aqua de lluvia los llama.

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Guanajuato es una ciudad tan hermosa, que estos días de lluvia se antoja salir y ver el reverdor de los cerros colmados de dicha por las cristalinas aguas que bajan por sus costados y hendiduras diversas. Como siempre, las lluvias traen buena fortuna y gran esperanza para todos, pues los árboles agradecen las gotas que caen en su bendito follaje que nos proporciona sombra en los días bañados de sol. Estos días son para ver por la ventana la lluvia y tomar un café calientito a la par de una buena conversación con buenas amigas.

Lluvia destacadoMe cuenta una amiga, que a ella le encanta salir a mojarse cuando llueve, “es como un ritual” dice, porque el sentir en la piel el frescor del agua benditamente natural, hace que se despierten otros sentidos, que acompañado por el petricor u olor a tierra mojada la hace sentir que la vida vuelve a su cuerpo de manera entusiasta. Alma relata que una de esas tantas veces que llovió en la ciudad, fue tan fuerte que salió a merecer ese frío regalo pues hasta granizo caía, no le importó, salió a su callejón y feliz disfrutaba de los golpecitos que le daban los pequeños trozos de hielo en su cuerpo, en su cara…el río de agua helada que mojaba sus pies. De repente, aunque la lluvia que no dejaba ver muy bien, vio a lo lejos cómo alguien se acercaba a ella con pasos parsimoniosos y como queriendo caerse, ella pensó que de seguro sería uno de sus vecinos conocido por su gusto por el licor, así que no dio importancia y siguió mojándose en un pleno goce con la naturaleza, cerrando sus ojos.

De un momento a otro, sintió cómo una helada mano la tomaba por el brazo, ella, miedosa, sólo pidió a sus santos que no fuera su vecino porque en verdad no quería problemas con él. Sin abrir sus ojos, se dio la vuelta dándole la espalda al sujeto e intentó caminar para soltarse de esa mano gélida, sin lograrlo pues sus pasos se quedaron en el aire. Entonces abrió sus ojos y muy disgustada, dejando el miedo de lado, le dijo que la soltara porque no eran modos. Nada, la mano la seguía agarrando fuertemente. Así que decidió, en medio de la tempestad, voltear hacia su brazo a la vez jalándolo, y cuál fue su sorpresa que vio una mano descarnada sujetándola como si no quisiera dejarla Personas lluvia 18ir nunca. Alma gritó con todas sus fuerzas y no volteó, se aguantó las ganas de verlo por el pánico que sentía y porque entonces fue cuando un olor a podrido la alcanzó, logrando sumergirla en el terror más grande que nunca hubo sentido. No era posible, no era posible, no quiso voltear, no quería voltear pero tuvo que hacerlo y entonces lo miró. Era un ser, un hombre muerto, putrefacto, que la miraba como si estuviera viendo un elixir de la vida y quería beberlo todo. Alma intenta otra vez separarse de él, pero el descarnado levanta su otra extremidad para tomarla en una especie de abrazo, aterrada escucha las campanadas de la iglesia cercana y decide rezar pidiendo por el alma de ese ser para que la dejara en paz. En segundos, y por arte de magia, ante sus ojos y entre la lluvia, ese ser la suelta y en instantes se esfuma en una especie de remolino con dirección a la Sierra. Ella corre a su casa a refugiarse. Desde ese día, mi amiga no ha vuelto a salir a la lluvia, pero mientras nos contaba esto, viendo por el ventanal la tormenta, todas alcanzamos a ver una silueta en la lejanía. Alma sólo dio un sorbo a su café y sonrió.

No sé si mi amiga llame con su buena energía a este tipo de seres, lo que sé es que ellos buscan salvación a sus espíritus, por lo que conviven con nosotros entre los vivos. Creo que la lluvia hizo como papel pasante y lo calcó por eso se vieron y coincidieron en un momento. Ahora es tiempo de lluvias en la ciudad, ¿quieres probar suerte y ver si se te aparece algún descarnado? Ven, lee y anda Guanajuato.