El Laberinto

Espera… ¿o no?

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Analogía del árbol de limón y las consecuencias en la toma de decisiones.

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Para este laberinto quise usar una metáfora botánica y después de varios artículos leídos sobre el cultivo de los limones (juro que tendré sueños con abonos y podas)  tuve que reconocer que no entiendo un soberano carajo de jardinería, pero espero entender algo sobre los tiempos de espera así que sean benévolos con los datos técnicos que son meras conjeturas.

Imaginemos que alguien tan poco docto en el cultivo como su servidora recibe unas semillas de limón, las coloca en una maceta con tierra negra, supongo fértil y poderosa, y planea prepararse una rica limonada de su árbol para la próxima semana, por lo que la riega sin parar, la llena de abonos, la pone al sol y al viento hasta que descubre que sus semillas son pura podredumbre y que los limoneros tardan 10 años en dar frutos comestibles. En este primer caso la espera era necesaria para el resultado que deseaba y su exceso de acción arruinó el proceso,  las semillas y tal vez hasta la maceta (tan solo para aumentar dramatismo).

Un segundo anónimo se emociona al ver los frutos que retoñaron de su árbol y presionado por el intermediario compromete la cosecha, se compra un televisor con las ganancias y ahora sufre por que los limones, que ya existían, fueron cortados demasiado pronto y  no sirven para nada, tienen la cascara dura y están más secos que un abrazo por compromiso, además de que tiene una deuda innecesaria y un cliente insatisfecho. En este ejemplo, a algo que ya existía no le dio el tiempo de madurar y vinculó una serie de procesos al mismo cuando todavía no estaba listo, además de que dejo que la presión externa lo hiciera tomar una mala decisión.

El tercer hipotético ya tiene los limones más jugosos hermosos y resplandecientes de la colonia, contrata a alguien para que los corte, pues le da miedo pincharse con las espinas del limonero, y el contratado en cuestión lo planta (porque es la palabra adecuada si estamos hablando de arbolitos) el sábado, llega tarde el domingo y el resto de la semana y de los meses tan solo le hace llegar excusas sin sentido para no presentarse mientras los limones son devorados por las plagas y por los vecinos. Teniendo todo listo por hacer que su proceso dependiera de alguien irresponsable, por tener miedo de salir lastimado y por no ver que otras opciones tenía, en este caso el tiempo sobró y se volvió en su contra incluso provocando que otros disfrutaran del fruto de su esfuerzo.

Antes de esperar y antes de actuar, antes de comprometernos e incluso de planear sobre cualquier cosa tenemos que ver en qué etapa estamos y con quienes contamos y si la vida nos da limones, que remedio saquen el tequila que para luego es tarde.