El Laberinto

Hable ahora

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Hay batallas que valen ser libradas y otras que no.

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Pareciera una fórmula de película romántica o de telenovela, que si alguien tiene una razón para impedir la boda “hable ahora o calle para siempre”, y tal vez porque es ahí donde más la hemos escuchado en que todos le conferimos mayor importancia a la primera parte de la frase, que es cuando el amante desesperado interrumpe el enlace, y no a la responsabilidad que implica guardar silencio para siempre una vez que los declaren marido y mujer (cuando esto era un hecho “hasta que la muerte los separe’).

Hace algunas semanas, mientras se encendían las luces de la sala de cine, una señora bastante molesta volteó desde la fila de adelante y comenzó a sacudir su respaldo con una ira notable, mientras reclamaba porque me había pasado la película provocándole dicho movimiento con el cambio de posición de mis piernas. No supe que responder pues en realidad, no había reparado en los sendos puntapiés que estaba propinándole a su nuca.

Sobre hechos consumados está por demás transmitir nuestras quejas, a menos que sean para salvar a otros de un peligro inminente, es ahí donde viene el calle para siempre, pues aun no hay modo conocido que nos permita viajar al pasado, la función para la colérica dama ya estaba arruinada para ese momento y yo nada podía hacer para remediarlo, cuando una reclamación o queja llega fuera de tiempo se convierte en un reproche, tan inútil como hiriente, pues si bien soportó estoicamente los rebotes cefálicos, no resistió la tentación de arruinarme la salida.

Hay batallas que valen ser libradas y otras que no, en el caso de los ejemplos  merece todo el desastre que provocaría decir yo me opongo en una boda, aunque tal vez no sea así en medio de una película, pensando en que probablemente otro pateador de asientos hubiese iniciado un pleito arruinando la función para todos, la disyuntiva está ahí y depende de la importancia que tiene para nosotros los que padecemos y lo que está en juego. Hablar es opcional pero si no lo haces a tiempo callar es obligatorio.