Histomagia

El Padre Lupito

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Siempre me he preguntado cómo es que las mujeres y hombres no se sienten capaces de generar amor por sí mismos, ¿acaso es necesario devastar el alma de otro con el fin de acceder a su voluntad, ya no a su amor?

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Una de las razones del por qué Guanajuato es una ciudad que esconde su magia y espera que tú la descubras, es sin duda su arquitectura colonial rodeada de iglesias que dan idea de la importancia de la religión en el lugar. A la fecha, el sacerdote de una de las iglesias hace misas de sanación para que aquellos que necesitas consuelo y ayuda en casos desesperados tanto de salud física como espiritual, entre las que destacan enfermedades inexplicables, apariciones fantasmagóricas o posesiones, sean ayudados para poder recobrar la salud de sus almas.

Me cuenta una amiga que uno de los tantos sacerdotes que han ayudado a la comunidad fue el padre Guadalupe, a quien cariñosamente le llamaban el Padre Lupito. Pues bien, me dice que este sacerdote oficiaba misa en el templo de La Compañía de Jesús, recinto que por su inigualable belleza de estilos churrigueresco en su fachada y neoclásico en su altar, lo hacen una joya arquitectónica inigualable. El padre Lupito se caracterizaba por dar siempre auxilio a todas las personas que lo necesitaran, y en todos los casos tenía el don de decir si las enfermedades o malestares de sus feligreses eran de este mundo o de otro, siempre atinadamente en sus diagnósticos lograba ayudarlos y hacer que salieran avanti de sus problemas mundanos o espirituales pues de inmediato cuando llegaba precisaba si se tenía que ir con el médico o con un señor curandero que vivía en Silao de la Victoria, y se dedicaba a ayudarlos en estos trances que muchas de las veces superaban las historias de terror. Una de esas veces, en una noche fría y seca, una amiga de la mía le solicitó su ayuda porque su papá presentaba un cuadro agudo de desorientación y enojo, al grado de que atacaba sin razón a los integrantes de la familia con  palabras dichas en diversas voces e idiomas, así como acciones malsanas como el desnudarse ante cualquier persona invocando no se sabe a quién, poner los ojos en blanco, temblando todo su cuerpo, reptando por el suelo, y lo más increíble era que echaba por la boca en una especie de vómito pequeñas ranitas, bolas de cabello humano, clavos y demás cosas inimaginables que llegaban a poner los pelos de punta a cualquiera. Era evidente que necesita la más ayuda espiritual y médica que se le pudiera ofrecer. Y así fue. Cuando el padre Lupito lo fue a ver de inmediato lo envío a Silao para que pudiera salir de estos trances, incluso él decidió ayudar al ver tal caso. El chamán que los atendió de inmediato al verlo en esas condiciones, se dispuso a ayudarlo, pues era necesario sacar de su cuerpo al ser extraño, de seguro un demonio, que lo había ocupado. Me dice mi amiga que le cuentan que fueron horas que estuvo el papá de su amiga encerrado con el curandero y el padre Lupito, ellas escuchaban afuera del lugar el sufrimiento de ese hombre que ahora era un despojo humano. Toda la noche estuvieron en la lucha con el demonio, al amanecer, se abrió la puerta y pudieron ver cómo alguien se arrastraba por el piso, de inmediato pensaron que seguía igual, reptando y que no se podía hacer nada, por instantes tristes y en congoja, se pusieron a llorar, hasta que pudieron ver con la claridad de la mañana que se su papá se arrastraba, pero porque, por el desgaste de su sesión de exorcismo, le era imposible caminar. Al darse cuenta, al instante lo auxiliaron, lo arroparon bien y agradeciéndole al padre Lupito y al chamán, regresaron a Guanajuato, no sin antes saber la causa de ese deplorable estado del paciente. Resulta que el curandero les informó que todo esto había comenzado por una mala mujer que le había dado toloache y, en la desesperación de no tenerlo para ella pues el brebaje no había tenido el efecto que esperaba de dejarse manipular y que dejara a su familia, lo ofreció a uno de los demonios para que lo hiciera sufrir de tal manera que no fuera feliz con nadie.

Siempre me he preguntado cómo es que las mujeres y hombres no se sienten capaces de generar amor por sí mismos, ¿acaso es necesario devastar el alma de otro con el fin de acceder a su voluntad, ya no a su amor? Tal vez nunca lo sabré, pero lo que sí sé es que para estos casos en la ciudad existió un hombre que ayudaba a todos sin condición, de hecho, el sacerdote murió atropellado en su bicicleta cuando regresaba de Silao de atender a uno de sus tantos pacientes. Dicen que la muerte del padre Lupito fue debido a que los seres de bajo astral decidieron atacar la fuente de ayuda a los vivos. ¿Quieres conocer la iglesia y algunos de los sobrevivientes de estos extraños casos? Ven, lee y anda Guanajuato.