Histomagia

Visita al museo

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A veces ir de visita a algún museo o sala de exposiciones puede ser una experiencia aterradora.

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Guanajuato es una ciudad turística, por ello muchos de los lugares que puedes visitar son los museos, parte de la fisonomía de la ciudad, pues suelen ser casas antiguas, ya sea de algún personaje famoso a nivel internacional como lo es Diego Rivera o un personaje regional como lo es Gabriel de Barrera. En las afueras de la ciudad, se ubica el Hotel Museo San Gabriel de Barrera, antes llamada Hacienda de Barrera Grande.

Se cuenta que a finales del siglo XVII, el capitán Gabriel de la Barrera, fundó una hacienda de beneficio donde almacenaban los metales nobles como el oro y la plata y sus colimadores como el mercurio. La casona de esa hacienda fue la sede principal de la familia y el edificio central es una casa claustro con 2 pisos y una fachada con portales del siglo XVIII que en la actualidad es un museo rodeado de preciosos jardines temáticos que hacen de las visitas al lugar un momento muy agradable, o al menos eso es lo que decía mi sobrina Xami antes de ir con una amiga suya a visitarlo. Es importante aclarar que esta hacienda ha sido escenario de varios eventos paranormales que han vivido en carne propia diversos huéspedes del ahora también hotel, uno de ellos fue la cantante y actriz Susana Zabaleta que narró cómo es que se le subió el muerto una noche que se hospedó ahí. El asunto es que generalmente atribuimos que estos eventos suceden por las noches, pero en la historia que estoy por narrarles, no es así, lo que la hace más increíble aún.

Me cuenta Xami que en su deseo de ir a visitar los hermosos jardines de la hacienda San Gabriel de Barrera, su amiga y ella decidieron ir al lugar al mediodía, esto porque tenían algunas actividades de fiesta ese día por la tarde, así que llegaron y visitaron cada uno de los espectaculares y fabulosos jardines con diseño único; con cada uno de ellos se maravillaron de tal manera que no se dieron cuenta que de repente, ya estando en el jardín del museo, todo se quedó solo, quieto y en silencio, ellas emocionadas por tanta belleza, al ver las puertas de la casa museo abiertas de par en par, decidieron entrar a hacerle una visita. Me dice que pasaron por los amplios espacios de una estancia enorme; cuadros y muebles del siglo XVII seguían ahí como viendo el pasar el tiempo y a la gente que, curiosa, los visita de vez en vez. Fascinadas por la decoración y los muebles antiguos, no se dieron cuenta que se dirigían hacia la cocina. Difusión de retratos aquí y allá le daban al lugar un aspecto lúgubre, llegaron a la cocina y de pronto vieron ante ellas un estrecho pasillo que las llevaría al fondo de la zona de cuartos de sirvientes, mi sobrina, pese a que en ese instante sintió que algo no andaba bien, decidió entrar, su amiga la siguió. Xami me dice que no podía respirar bien, y que a su paso las puertas rechinaban como queriéndose cerrar ante su presencia, ella seguía caminando hacia el frente y a lo lejos vio el retrato de una de las antiguas dueñas del lugar, al instante el ambiente se tornó raro, costaba respirar y el silencio estallaba en sus oídos como si algo quisiera entrar en su cuerpo para obtener su alma, ese algo no era bueno, una lucha interna se dio y ante el horror que le provocaba la situación, Xami tomó fuerzas y le dijo a su amiga que se fueran de ahí, que ahí existía una presencia que no las dejaría seguir, su amiga, quien sentía la misma opresión en su pecho, no alcanzó a decir nada, pues al girar con la intención de abandonar el lugar, ambas vieron una sombra que levitaba ante ellas, cruzó la cocina, pasando por la entrada de ese tenebroso pasillo frente a ellas, como que ese otro ser no se dio cuenta de la presencia de ellas en la casa, o al menos eso creyeron. En cuanto pudieron salir de ahí, corrieron sin parar hasta la salida de la casona, y fue ahí donde se encontraron con personas vivas que las atendieron preguntándoles qué les había ocurrido, porque ambas estaban casi transparentes del horrible susto vivido a plena luz del día en la hermosa hacienda San Gabriel de Barrera.

Hasta la noche de ayer en que Xami me contó esta histomagia, atribuye lo que les pasó a los viejos espíritus que deambulan por ahí buscando el consuelo de asumirse muertos o la venganza por el odio de haber sido sirvientes en esa casona. ¿Quieres conocer el museo, hotel con jardines enormes y fantasmas? Ven, lee y anda Guanajuato.