Charamuscas y Trompadas

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SIN ELLAS NUNCA, parece el mensaje general de la sociedad que soportó la ausencia de muchas de sus mujeres que se sumaron al paro nacional del 9 de marzo.

Sin embargo, para que no quede para el anecdotario o la efeméride, tendrán que venir muchas cosas más para esta transformación que ha iniciado con el ruidoso y contundente grito de silencio.

Tampoco será extraño que esta bandera sea levantada por todos los partidos políticos en la siguiente contienda electoral, con tanta urgencia de temas que los congracien con su electorado, seguro es que podrán sus mejores argumentos sobre la mesa, quién sabe si efectivos y de resultados, pero con ese espíritu carroñero que tienen, no le quepa la menor duda.

LO CIERTO ES QUE  ya no se puede con tanta violencia en contra de las mujeres sobre todo, cuando ésta muestra su peor cara, con la terrible tragedia de otra universitaria asesinada.  

Son asuntos que tendrán que discutirse en la academia, en el Congreso, en el Poder Judicial, en la Fiscalía, en el gobierno del estado, en los gobiernos municipales, no se puede permitir que la exacerbada violencia delincuencial también toque las fibras de la sociedad civil y se mezcle, con esa otra violencia cotidiana y de género, que tendrá que erradicarse de manera definitiva.

ESTA SEMANA ARRANCA el Rally edición 17, lo que vendrá a darle otro ambiente a la ciudad, nada más falta que presenten un par de patrullas para que vigilen y resguarden el Rally, digo para no desentonar, no sea que se les vayan a atravesar a los pilotos, algunas vacas locas, o peor les surtan a pedradas, algunos inconscientes de los que nunca faltan.

La cosa para los del gobierno capitalino es lucir ofreciendo seguridad para todos los demandantes, aunque lo nuevo en realidad, solo sea la pintura de las patrullas.

Además ya les están cayendo mal los policías Verdes o Ecológicos, sobre todo cuando andan sobreactuando sin el menor criterio ni sentido común, dicen los vecinos, cuando jalaron a un triste jardinero por estar podando un arbusto de flores crecido, que ya estaba invadiendo parte de un arroyo vehicular, en algún lugar de la ciudad.