Distrito Capital

La mujer bicentenaria

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Amigas y amigos, el desarrollo. Ese motor del que todos los políticos hablan pero del que poco entienden, y que el día de hoy, para nuestro país y en términos económicos, más pareciera ser de un Gremlin 77 que de un -ya no digamos Audi 2021-, caray, por lo mínimo, Tsuru 95.

© estadísticas

Y es que precisamente ese motor de desarrollo no puede -ni podrá- avanzar rápidamente si no reconocemos el problema que tenemos aquí, luego luego, en la nariz. Y no, no es una nariz tipo Steve Carrell, sino mas bien una como la de Carmen Campuzano. Tal cual: no hemos querido ver como sociedad que no existe un piso parejo entre hombres y mujeres, para crecer en equidad en los ámbitos personal y profesional.

Las desigualdades entre los sexos en el mundo siguen siendo muy fuertes, especialmente en el mercado laboral. A las tasas actuales, dice el Foro Económico Mundial, tomaría más de un siglo lograr la paridad.

Cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dan testimonio de esto: no obstante que la brecha salarial (o “gender gap” en inglés) entre mujeres y hombres se está reduciendo, no ha sido ágil. En los 36 países de la OCDE, esta brecha disminuyó del 17,7% en el año 2000 a 13,8% para el año 2019, en promedio, 0.2% anualmente. Para darnos una idea, si un hombre en el año 2000 ganaba $100.00 vendiendo nueces, una mujer ganaba $82.30. Y para el año 2019, no aplicando ninguna variable macroeconómica, ceteris paribus, la señora gana $86.20. Cuatro pesitos en 19 años.

Con una brecha salarial del 34,6% en 2017, Corea del Sur es el rey entre el grupo de países desarrollados (y no, no es la Corea de Kim “Gibrán coreano” Yong Un). Lo mismo ocurre con Japón con una brecha salarial del 24,5%, y después Canadá y Estados Unidos con 18.2%. México se encuentra con una brecha de 11.1% (y no, no es buena noticia), mientras que en la otra esquina, el ránking es liderado por Rumania (1.5%) y Luxemburgo (3,4%).

Según la OCDE, “las mujeres constituyen las tres cuartas partes de la fuerza laboral de salud y trabajo social en estos países, es decir, 20 millones de mujeres en comparación con 6,3 millones de hombres. Pero los trabajos que ocupan las mujeres a menudo se les paga menos”. La OCDE señala, por ejemplo, el caso de las doctoras, cuya proporción continúa aumentando hasta alcanzar el 47% en 2015 frente a un 53% de médicos varones, pero cuyos salarios son más bajos. Por ejemplo, en los Estados Unidos, las doctoras ganan casi 20,000.00 dólares menos por año que sus contrapartes masculinos.

En general, la OCDE explica que «en comparación con los hombres, las mujeres tienen menos probabilidades de ser empleadas a tiempo completo, más probabilidades de ser empleados con salarios bajos y menos probabilidades para progresar profesionalmente. Como resultado, las mujeres continúan ganando menos que los hombres y corren un mayor riesgo de terminar con sus vidas en la pobreza ”.

Con respecto al espíritu empresarial, en 2017 la OCDE reportaba muchas menos directoras que directores masculinos. Entre las diferencias significativas, contamos a Israel, donde solo el 1.5% de las mujeres son emprendedoras contra el 6.2% de los hombres. La misma observación hace en Turquía, donde solo el 1.3% de las mujeres manejan un negocio contra el 6% de los hombres. En Suecia, hay 1.4% de mujeres gerentes en comparación con 5.3% de mujeres gerentes. La brecha es más estrecha en España, por ejemplo, que tiene 3.2% de mujeres emprendedoras contra 6.3% de emprendedores o en Hungría, donde son 2.8% contra 5.9% hombres.

En México, existe una baja proporción de las mujeres en el mercado laboral. En 2011, la tasa de participación de las mujeres fue de 46%, la más baja en la OCDE después de Turquía. En 2000, la proporción de mujeres de 15 a 29 años que no trabajaban ni estudiaban fue de 7 a 1; para 2010, esta proporción disminuyó a 3 a 1.

Este informe del Foro Económico Mundial que también analiza las oportunidades económicas y el mundo político, junto con el nivel de educación y salud, estima que tomaría 108 años alcanzar la paridad en los países más avanzados.

Si se siguen repitiendo en el futuro cercano tristes escenarios como la pasividad de la Procuraduría de los Derechos Humanos, la recesión económica, la intervención de órganos autónomos por parte de ciudadanos “libres” (desde Guanajuato hasta la Federación), y particularmente políticas públicas como la cancelación de las estancias infantiles, la inacción del Estado ante el incremento a los feminicidios, la disminución de recursos para mujeres con cáncer de mama, el retiro de casas de seguridad para su protección, así como la politización de la violencia y la polarización de la sociedad desde la tribuna Presidencial, entre otras, estimo que para México, -si bien nos va- ese rezago podría acercarse peligrosamente hasta los 200 años

Pero primero, por supuesto, lo primero: ¿ahora sí ya salió el cachito?