El Laberinto

El puntito

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¿De qué se puede hablar en una temporada donde nada pasa? La vida es en realidad el mejor insumo para la escritura, la retrata, la transforma o incluso plantea lo que pudo ser y no es o lo que fue y no será.

En estos días circulares, con poca interacción y sin emociones fuertes, tendremos que apelar a los recuerdos, a los conocimientos o a la neurosis del claustrofóbico que mejor se desahoga antes que seguir mirando la ventana con nostalgia, aunque en mi caso no es gran consuelo porque también da al interior.

Recuerdo que había un ejercicio de matemáticas en video que pedía contar las vueltas que daba un molino, cosa bastante difícil de hacer pues todas las aspas eran exactamente iguales y no tenía base, solo aspas girando en el vacío y la única solución posible era ponerle un puntito a alguna de ellas para poder contabilizar, para usarlo de referencia. También gracias a ese puntito podías contar el número de aspas.

En el caso de estos días que se sienten todos iguales, es muy similar a las aspas del problema, no existe un punto que los marque, por eso se siente igual el día que la noche o el lunes que el viernes, ya se pierde la cuenta de las semanas, ya no esperamos nada porque lo único que queremos está muy lejos aún, entonces ¿cómo podemos ponerle un puntito a los días para sentirlos, para tener noción de movimiento, para percibir un cambio sin tener que raparnos?

El punto, o el puntito,  no sería, tal vez, aprender cosas nuevas y salir con un refinado chino mandarín leído y escrito o habiendo acabado con la pila de libros que tienes pendientes o aplicado las enseñanzas completas de la oriental que ordena casas.

La cuestión es marcar los días con rupturas placenteras de la rutina, que no necesariamente tienen que ser ni productivas ni saludables, solo disfrutables para nosotros, llamar a un amigo o tener una videoborrachera es un combo porque además le ponemos puntito al día del otro en cuestión, cumplirte un antojo gastronómico, divertirse arreglándose para ir a sala y hacerse fotos o hacer un maratón infinito de tu serie preferida, botana incluida.

Tal vez de lo que se puede hablar en estos días en que no pasa nada sería justamente lo que hacemos para que pase o como nos sentimos aquí, porque aunque estemos lejos de lo acostumbrado estamos y seguimos aquí y esto, a pesar de que no lo parece a ratos, también es vida.